Celebran paralización de construcción en Brooklyn

Grupos comunitarios logran triunfo en contra de proyecto discriminatorio

MANHATTAN – Decenas de personas se reunieron afuera de la Alcaldía ayer para celebrar la reciente decisión de una juez que detuvo la construcción de viviendas públicas en un terreno entre Williamsburg y Bedford Stuyvesant conocido como el Triángulo de Broadway.

Opositores del proyecto demandaron a la Ciudad hace dos años para detener la construcción de alrededor de 1,800 apartamentos en un terreno que abarca 21 cuadras en la zona. Los demandantes alegaron que el proyecto favorecía a judíos jasídicos más que a hispanos y afroamericanos de esta sección altamente diversa de Brooklyn.

La juez de la Corte Suprema del estado, Emily Goodman, impuso un orden temporal para detener la construcción hace una semana. Goodman criticó a la administración del Alcalde Michael Bloomberg por llevar a cabo un proyecto “discriminatorio” – ya que según la juez las viviendas claramente estaban diseñadas para acomodar a las familias jasídicas “por las cuales la necesidad de apartamentos más grandes es mayor”.

La juez halló que el proyecto violaba una ley federal (Fair Housing Act) que requiere que proyectos que usan fondos federales midan las consecuencias para las comunidades que los rodean.

Los organizadores aplaudieron la decisión de la corte y pidieron que el siguiente proyecto para el terreno respete a todas las comunidades. “La Ciudad armó este plan y no miró como afectaría a la segregación racial del área. Esperamos que con esta decisión la Ciudad reconsidere el proyecto – que se sienten con nosotros para armar un plan nuevo”, dijo Juan Ramos, director de la Broadway Triangle Community Coalition, una coalición de 40 asociaciones religiosas y étnicas de la zona que demandó para detener la construcción.

Los abogados que representan a la Ciudad planean apelar la decisión. Un abogado de la Ciudad, Gabriel Taussig, señaló ayer que las quejas de la coalición, “no tienen mérito. El plan para las viviendas responden a las necesidades de viviendas asequibles de la comunidad y corresponden con el perfil físico del vecindario”.

La coalición – que contó con el apoyo del New York Civil Liberties Union (NYCLU, por sus siglas en inglés) – mantuvo que las comunidades contiguas fueron excluidas al desarrollar el proyecto porque éste se llevó a cabo con la asesoría de solo dos organizaciones, un grupo judió hasídico, United Jewish Organizations of Williamsburg, y Ridgewood Bushwick Senior Citizens Council, un grupo fundado por el asambleísta Vito López.

“Era injusto”, acotó Esteban Reyes, un residente dominicano de los sures de Williamsburg y un organizador en El Puente, que se unió a la coalición. “Tenemos que asegurar que nuestra comunidad sea beneficiada por cualquier proyecto que se haga. Williambsurg le debe mucho a los latinos que hicimos de ese barrio nuestra casa cuando nadie quería vivir allí”, apuntó.

Los opositores del proyecto ofrecieron cifras de un experto demográfico que halló que había 90,000 personas hispanas y afroamericanas que necesitaban apartamentos pequeños, comparado con 9,000 judíos jasídicos que necesitaban apartamentos más grandes, según cifras del Censo de 2000.

Varios líderes locales asistieron la manifestación afuera de la Alcaldía, incluyendo Diana Reyna, una concejal de Brooklyn que ha manifestado su oposición a la construcción durante años, y la congresista Nydia Velázquez, que señaló que era “inaceptable” que un proyecto de la Ciudad contribuyera a la segregación de un vecindario.

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