Castigo a los que crucen sin documentos

Nuevo plan descarta la política de retorno a México sin repercusiones

WASHINGTON, D.C.- La Patrulla Fronteriza lanzará durante las próximas semanas una nueva estrategia que pretende encausar a personas que intenten cruzar ilegalmente la frontera. La política de retorno a México, sin repercusiones, será descartada en la mayoría de los casos.

Según lo reportó Associated Press ayer, el nuevo plan se llamará “Consecuencias del Sistema” e impondrá castigos serios a los individuos que sean atrapados por oficiales estadounidenses.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) no realizó comentarios a La Opinión respecto al cambio de estrategia. De acuerdo a la información entregada con anterioridad, el nuevo sistema operará a través de siete categorías, que irán desde individuos que cruzan por primera vez, a personas con récord criminal.

Hoy en día, cuando alguien es capturado en el cruce, se toman sus huellas digitales, para luego ser regresados a México.

“Queremos que esto sea la excepción y no la norma”, dijo Michael Fisher a AP, director de la Patrulla Fronteriza para el área de San Diego.

Las consecuencias podrían incluir desde un enjuiciamiento criminal, hasta traslados a sectores lejanos en México.

Aún no está claro cuáles serían los costos del cambio de estrategia, tanto para CBP como para otras agencias como el Departamento de Justicia. Durante el año fiscal 2011, la Patrulla Fronteriza contó con un presupuesto de 3.5 mil millones de dólares, 591 millones más que en 2010.

Según fuentes vinculadas con la seguridad fronteriza, este “es un cambio que CBP ha querido implementar desde hace mucho tiempo, ya que consideran que es un forma de generar una política de disuasión”.

El nuevo plan ya ha encontrado partidarios en el Congreso. Un punto importante, considerando que se necesitarán modificaciones presupuestarias para materializarlo.

“Creo en esta aproximación. Las personas tienen que entender que no pueden venir y cruzar la frontera de manera ilegal una y otra vez, sin tener consecuencias. Es un buen primer paso”, aseguró el Congresista Henry Cuéllar (D-TX) a La Opinión, el demócrata de más alto rango en el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.

Actualmente, México y Estados Unidos comparten una frontera de 3,200 kilómetros, la Patrulla Fronteriza ha duplicado su número de efectivos en terreno desde 2004, llegando a 21 mil.

Varios expertos en frontera e inmigración, ya han comenzado a criticar el anuncio, sobre todo en contraste con el argumento del mismo presidente Barack Obama, respecto a los récord históricos en seguridad y el nivel de inversión que ha alcanzado el gobierno.

En 2011 la Patrulla Fronteriza aprehendió a 340,252 personas, una baja considerable en comparación con cifras previas. En 2008, por ejemplo, la estadística llegó a 723,825. A esto se suman los récord en deportaciones, una política que ya ha tenido un costo considerable.

“La economía y la violencia en la frontera han reducido drásticamente los cruces de indocumentados, una pregunta obligada entonces, es si esta estrategia es la adecuada, considerando que ahora tenemos los niveles más bajos. No me parece que sea una buena idea en general”, explicó Marshall Fitz, director de política migratoria del Centro para el Progreso Americano.

De acuerdo con cifras entregadas por el Servicio de Control de Inmigración (ICE) al Congreso, el gobierno ha gastado entre 11 mil y 25 mil millones en deportar a cerca de 1.1 millones de inmigrantes indocumentados desde el inicio de la actual Administración.

En este sentido, los nuevos costos generados por las nueva estrategia de CBP, combinados con lo que ya invierte ICE en deportaciones, implicaría un presupuesto considerable para expulsar a la población indocumentada, en tiempos en que la austeridad fiscal, es una prioridad en Washington.

“Me pregunto si realmente tenemos los fondos necesarios para concretar este plan, sin impactar otras iniciativas de control de seguridad, que nos protegen de los criminales más peligrosos”, agregó Fitz.

Otra interrogante es si el sistema de detenciones tiene la capacidad para recibir el nuevo influjo de personas aprehendidas en la frontera. Actualmente ICE cuenta con cerca de 32 mil camas en cárceles y centros de inmigración.

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