Al rojo vivo el caso del sheriff y su esposa latina

El acusado se declara inocente de tres cargos de violencia doméstica

El sheriff de San Francisco, Ross Mirkarimi, lloró al escuchar el testimonio de su esposa.

El sheriff de San Francisco, Ross Mirkarimi, lloró al escuchar el testimonio de su esposa. Crédito: Francisco Barradas / El Mensajero

San Francisco.- Una jueza dispuso prolongar la orden de restricción contra el sheriff de San Francisco, acusado por el fiscal del distrito de ejercer violencia doméstica contra su esposa e hijo.

Acusado de tres cargos menores por violencia doméstica, de los cuales se declaró inocente, Ross Mirkarimi, quien asumió como sheriff el 8 de enero, rompió a llorar en la corte pública, el jueves 19, al escuchar el testimonio de su esposa, la actriz venezolana Eliana López, ante la jueza Susan Breall.

López describió a Mirkarimi como un padre amoroso. “La única violencia que se ejerce contra mí es mantener separada a mi familia”, dijo.

“Dejé mi carrera y mi país; la única razón por la que estoy aquí es para tener mi familia”, explicó López a la jueza, quien por años trabajó como abogada especializada en casos de violencia doméstica para la fiscalía del distrito.

López describió que estos días su vida ha sido usada como una “pelota”, tirada de un lado a otro, por causa de intereses políticos.

Tras escuchar a la presunta víctima y múltiples alegatos de los abogados defensores y de la parte acusadora, representada por Elizabeth Aguilar-Tarchi, la jueza Breall decidió prolongar la restricción para impedir cualquier contacto físico -la mínima distancia son 100 yardas, el equivalente a 91 metros-, telefónico o por cualquier otro medio electrónico e incluso a través de terceras personas entre Mirkarimi, su esposa y el hijo de ambos, de 2 años de edad.

Breall juzgó que López está en una “situación muy difícil”; hizo énfasis que por tratarse de una inmigrante, su vulnerabilidad es mayor. Mencionó que le preocupaba también el daño que la “voluble” situación de los Mirkarimi podría causarle al hijo, quien según el reporte policiaco, ha comentado que “su papá hizo boo boo a su mamá en el brazo” -la cita proviene de un comentario sobre sus problemas maritales que Eliana López habría hecho a una vecina-. Y refirió que era necesario protegerla tras revelarse en el reporte policiaco las presuntas amenazas de Mirkarimi de que él es “un hombre muy poderoso”, capaz de despojarla de la custodia de su hijo.

La fiscalía también consiguió que tres armas de fuego propiedad de Mirkarimi sean entregadas a la policía de San Francisco, y no a la oficina del sheriff, donde habían sido depositadas.

La comparecencia del sheriff ante la corte inició a las 2:30 pm. Motivó un tumulto de prensa. La próxima audiencia se citó para el lunes 23 de enero.

A través de su abogado, Robert Waggener, Mirkarimi se declaró, inocente de los tres cargos -violencia doméstica, poner en riesgo a un menor e intento de acallar a una víctima-. Al término de la audiencia, el abogado reiteró esto en declaraciones a la prensa y agregó que “hay mucho que está por salir a la luz, y eso ocurrirá pronto”.

La jueza invitó a López a declarar desde el inicio de la sesión; pero su abogada, Cheryl Wallace, insistió que no estaba lista para hacerlo, y pidió dialogar con ella a solas, para prepararla. Se sugirió también que López platicara con un asesor de violencia doméstica de la fiscalía.

En tanto y López volvía a la sala, la jueza dio turno a otros casos agendados. Inició el común desfile de reos en uniformes color naranja, presos de las cárceles del condado que el sheriff, sentado esta vez entre ellos, administra.

Al fin, en punto de las 4:00 pm, la actriz regresó a la sala, flanqueada por oficiales de la oficina del sheriff, quienes de manera regular asisten las labores de la corte, aunque esta vez custodiaban, entre otros acusados, a su propio jefe.

López dio un enfático discurso a la jueza. Defendió su matrimonio. Se opuso a la orden de restricción. Inició diciendo que le parecía un “poco racista” ser considerada una “pequeña pobre inmigrante”. La jueza le aclaró de inmediato que ella no había empleado esos términos.

Continuó López refiriendo sus logros profesionales: A sus 36 años se describió como una mujer independiente, con experiencia de mundo -dijo haber vivido antes en la ciudad de México y en Los Ángeles; viajado por Europa, toda América Latina y extensamente por los Estados Unidos-, propietaria en Venezuela de un “departamento más grande y más cómodo” de la casa en que hoy vive, además de haber también comprado una casa a su madre, todo producto de su trabajo como actriz.

En un inglés fluido, López dijo en otro momento: “Estos periodistas aquí presentes, no me intimidan. Por mi trabajo como actriz, estoy acostumbrada a ellos”. La jueza volvió a interrumpirla: “A mí sí, un poco”. “En México, me veía perseguida por cientos de reporteros”, prosiguió -López fue parte del elenco de la telenovela El amor de mi vida, que produjo TV Azteca, en 1998.

Terminada la sesión de la corte, López declaró a la prensa: “Amo a Ross. Vine a este país a construir una familia. Sé lo que es la violencia doméstica. Y la verdadera violencia, es en mi contra, separándome de mi familia. “Creo que están usando mi familia, a mí, para un juego politico”.

Luego en español: “Vine a este a país a construir una familia. Y mira lo que están haciendo: ¡destruyendo mi familia! ¡Este país está destruyendo a mi familia!”

La fiscalía de distrito basa su acusación contra Mirkarimi, entre otras pruebas, en un video en que López muestra ante la cámara un moretón en la parte interior de su brazo derecho, el cual dice le fue provocado por su esposo, el 31 de diciembre de 2011.

El video, según el reporte policiaco, muestra a Eliana López relatando al menos dos agresiones físicas de Mirkarimi en 2011. El video fue grabado por una vecina de la pareja, Ivory Madison, quien el 4 de enero, y pese a la reticencia de López, denunció el caso a la policía.

En la primera audiencia de la corte, también se leyeron algunos mensajes de texto enviados por López a Madison, los primeros días de enero de 2012. Hay apuntes breves que la describen planeando salir de casa, para visitar a Madison, aprovechando que su esposo está bañandose. Otros en los que comenta que Mirkarimi está asustado ante la eventualidad de que denuncie los abusos ante la policía. Uno más en que pregunta si, de llamar a la policía, él será arrestado.

Un mensaje más, del 6 de enero, muestra a Eliana López más relajada. Ese viernes, el escándalo había llegado a los periódicos -Madison llamó a la policía el 4 de enero, y un día después, un juez había ordenado el decomiso de su cámara de video y de su teléfono-. Ross Mirkarimi llevó a la familia a Monterey. “El acuario estuvo bien. Y Ross nos alimentó regularmente”, escribió López.

El 8 de enero, Ross Mirkarimi juró proteger las leyes, al asumir como sheriff de San Francisco. A su lado, sonriente, en un vestido sin mangas, estuvo Eliana López y con ambos, su hijo. Para esa hora, la investigación policiaca sobre presuntos abusos domésticos estaba en curso.

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