Hondureños: con voz pero sin voto

A pesar de que varios catrachos del área de Tampa no pueden votar, no pierden la esperanza de que el Presidente Obama cumpla sus promesas de campaña si resulta reelecto.

Muchos hondureños, como Lurvin Luzardo, aspiran a poder votar algún día en este país.

Muchos hondureños, como Lurvin Luzardo, aspiran a poder votar algún día en este país. Crédito: Cristina Loboguerrero / EDLP

TAMPA, FLORIDA – Lurvin Luzardo es una hondureña de estatura pequeña que vive hace más de 20 años en Tampa y, aunque no puede votar en las elecciones, aspira algún día a ser la voz de los hispanos.

Luzardo, quien es presidenta de la organización Hondureños Unidos de Tampa, -creada hace nueve años- se reúne casi a diario con sus connacionales en la cafetería Nebraska, un negocio al que acuden los clientes por sus deliciosas baliadas –tortillas de maíz con diversos ingredientes que incluyen queso.

En medio del fresco olor a café recién hecho y del sazón de doña Ana María, -la propietaria del lugar- Luzardo habla de política y no obstante que una gran cantidad de hondureños no tiene derecho a participar en las elecciones, asegura en tono firme: “tenemos que tener voz para que nos escuchen”.

Aunque admite que es una “ironía” pensar que los políticos escuchen a los que no los eligen, aclara que “sólo participando activamente en la comunidad, se logra poco a poco que la voz de uno la escuchen (los políticos) y que se preocupen por nuestros problemas”.

Su lucha por ayudar a los demás comenzó en 1996 cuando quedó sola a cargo de sus dos hijas en lo que ella misma llama “un limbo legal inmigratorio”, el cual pudo solucionar a través de la obtención de un permiso de protección temporal de estadía TPS.

“No es apatía”, dice Luzardo respecto a su desinterés en las elecciones primaria republicanas de la próxima semana, “sencillamente, que aunque me siento desilusionada con el actual presidente, en el fondo de mi corazón tengo la esperanza que él va a cumplir sus promesas”.

Luzardo no está sola en su posición política, varios de sus compatriotas como Germán Lozano, opinan que “vendrán tiempos mejores y no precisamente con los republicanos”. Asegurando que “es mejor zapato viejo conocido que nuevo por apretar”.

En la Bahía de Tampa viven aproximadamente 6,000 hondureños que se concentran mayoritariamente en las inmediaciones de la sección conocida como Seminole Heights.

Cuando Luzardo -quien se dedica a limpiar casas- no trabaja, acude a la iglesia Ministerio Evangélico Renacer Cristiano de la East Martin Luther King, en donde se congregan unos mil hondureños.

“Esa es la vida que a todos nos toca llevar”, dice Luzardo: “trabajar, ayudar e ir a la iglesia”.

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