‘Los dominicanos no votamos por los republicanos’

TAMPA, FLORIDA — “Que los dominicanos no votamos, claro que sí, lo que pasa es que no lo hacemos por los republicanos”, exclamó la dominicana Otilia Sánchez, de 72 años de edad y residente de Tampa desde hace 20.

Sánchez acude al menos una vez por semana a la Plaza Century, en la intersección de la calle Water y la avenida Manhattan. Donde en pleno corazón de Tampa se encuentran una serie de negocios, desde supermercados, barberías y envío de dinero, hasta venta de ropa.

Los comercios, aproximadamente 15, son todos de dominicanos, como el Supermercado Los Amigos, de Carlos Polanco, de 38, quien mientras acomoda unos helados de fruta frente al negocio de su propiedad, dice que no vota en las primarias, pero sí lo hará en las presidenciales y que su voto sin duda será para Obama.

“Es que los demócratas se preocupan más por nosotros”, dice el santiaguero que reside en Tampa desde hace tres años.

Las primarias no es un tema que llame la atención, ni a clientes ni a propietarios de dichos negocios, pero sí las elecciones presidenciales. Y de una cosa sí están seguros: los que votan, votarán para la reelección de Barack Obama.

“Es que los republicanos no me gustan, son muy racistas”, murmura Benancio Herrera, de 62, mientras mueve su cuerpo al son de un merengue que suena en la radio de uno de los comercios aledaños.

Raisa Toledo, de 26, vende productos de belleza a domicilio, pero cuando quiere acercarse un poco a su tierra, dice “me voy para la Plaza, allí encuentro todo lo que necesito desde comida, hasta para ponerme bella”, además aclara que a las mujeres dominicanas “nos gusta más la política que a los mismos hombres”.

Y para enfrascarse en discusiones, definitivamente sólo hay que tocar el tema político. Benjamín Salcedo, dominicano hasta “los huesos” según se describe, dice que este año es clave para el futuro de todos los hispanos. “Es que si no nos sueltan la cuerda desde allá arriba, nos van a ahogar”, refiriéndose al aumento en el costo de la canasta familiar y la falta de trabajo.

El próximo fin de semana se reunirán, como todos, para hablar de lo mismo, se afana a decir Salcedo, “siempre empezamos con el mismo tema y siempre terminamos igual de acalorados, pero sin ninguna solución”.