Familia hispana lidera lucha por lesiones cerebrales en soldados

Roxanna Delgado enfrentó la lesión cerebral de su esposo, el soldado Víctor Medina,  pidiéndole ayuda a sus congresistas.

Roxanna Delgado enfrentó la lesión cerebral de su esposo, el soldado Víctor Medina, pidiéndole ayuda a sus congresistas. Crédito: La Opinión

WASHINGTON, D.C.

Cuando Roxana Delgado se enteró que su marido había sido víctima de una explosión en Irak, no sabía qué esperar.

Aunque su vida no estaba en peligro, ella percibía que algo andaba mal. Lo que nunca se imaginó es que su familia, al igual que muchas en el país, tendría que dar la batalla en suelo estadounidense para acceder a un tratamiento de alto nivel.

Cuando el vehículo de Medina fue atacado por un explosivo letal, la pareja llevaba nueve años de matrimonio y una vida tranquila en El Paso, Texas.

“Víctor perdió la conciencia y luego tuvo amnesia aguda por las primeras 48 horas”, cuenta Delgado. “Luego empezó a tener problemas. Lo enviaron a un hospital en Alemania y ahí encontraron que tenía una lesión en el cerebro, sangrado en la parte derecha del lóbulo frontal y occipital. Lo enviaron a casa”, recuerda.

Tras regresar a E.U. en septiembre de 2009, Medina esperó un mes para acceder a una consulta con un neurólogo de la base Fort Bliss. Tras otro mes más, recibió una sesión de terapia. El médico le dijo que pensaba que “estaba jugando a hacerse el enfermo”.

“Después de que el doctor le dijo que estaba jugando, él se sentía muy mal. Un día me dijo, ‘no, esto ya se echó a perder’. No quería hacer nada. Sentía que su valor como soldado, su integridad se había puesto en duda”.

“Le dije que tenía dos opciones: o te echas a perder y me haces miserable a mi también o tú te levantas y te poner fuerte”, rememora.

Delgado comenzó a escribir cartas al Ejército, al servicio al paciente, comandantes del hospital, pero no obtuvo respuestas. Se contactó entonces con el congresista Silvestre Reyes (D-TX) y los ex legisladores Harry Teague y Ciro Rodríguez, quienes realizaron una investigación del caso.

Cuando la pesquiza del Congreso concluyó, el Gobierno federal financió tratamiento el tratamiento de Medina en un centro especial para personas con este tipo de problemas.

Medina no está solo en la lucha. De acuerdo con el Departamento de Defensa, desde el inicio de la guerra de Irak, en 2003, 150,000 soldados han sufrido algún tipo de lesión cerebral. Una cifra muy por debajo del estudio efectuado por Rand Corp. en 2008, donde se estimó que más de 400,000 efectivos han experimentado lesiones cerebrales o TBI.

“Nosotros hemos insistido en la necesidad de tener más estudios que nos ayuden a comprender este problema”, asegura el congresista Reyes.

“Es muy importante que no sólo el soldado reciba un tratamiento adecuado, sino también que se de ayuda a la familia. Eso falta ahora”, agrega.

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