Los que no pueden y no quieren votar

A muchos de los cubanos solo les interesa la residencia

Leticia Avila, vino de Oriente Cuba hace 12 años tampoco le gusta la política por lo que prefiere quedarse con su estatus de residente legal.

Leticia Avila, vino de Oriente Cuba hace 12 años tampoco le gusta la política por lo que prefiere quedarse con su estatus de residente legal. Crédito: Cristina Loboguerrero / EDLP

TAMPA, FLORIDA — El olor a tabaco invade el ambiente del pequeño negocio en el que trabaja Gustavo Vieto, un cubano que llegó hace 15 años a vivir a Tampa y que, aunque pudiera hacerse ciudadano americano y participar en las elecciones, no ha querido.

Vieto, de 50, y oriundo de La Habana, se dedica al arte de hacer tabacos a mano desde hace 27 años y, pese a que tiene claro que por ahora no volverá a su querida Cuba, no le interesa hacerse ciudadano.

“Vinimos aquí porque no compartíamos ciertas ideas, pero nuestro corazón siempre está en Cuba”, nos dice mientras saborea un sorbo de café cortadito recién hecho, al tiempo que mueve con destreza sus manos manipulando la cuchilla con la que corta la punta en el último paso, del recién terminado tabaco artesanal.

La tienda de hechura y venta de cigarros, Nicahabana, está ubicada en la céntrica zona de Ybor City de la Séptima Avenida, donde Yordany Ogando, nieto del propietario, admite que puede hacerse ciudadano, pero no está interesado en cambiar su estatus de residente legal.

El joven, de 27 años, explica con voz pausada: “No me gusta la política de aquí y la de Cuba no la conozco porque vine a los Estados Unidos a los 15 años”. Y subraya una reflexión: “O sea, ni de aquí ni de allá”.

De acuerdo al censo del 2010, en el estado de la Florida residen 1’448,000 cubanos, de los cuales 343,890 viven en Tampa. Los cubanos en Estados Unidos son el 4% de todos los latinos en la nación, el 85% vive en la Florida.

Dos cuadras hacia el norte, por la Séptima Avenida, una intersección comercial con un toque de estilo colonial, se encuentra Ybor Cigars Plus, otro negocio de hechura y venta de cigarros, propiedad de Alberto Rodríguez que también, como los demás que pueden hacerse ciudadanos, no ha querido.

“Sencillamente no he sentido la necesidad de hacerme ciudadano. ¿Para qué? Aunque, honestamente, si fuera ciudadano y pudiera votar, votaría por un demócrata, no por un republicano. Los demócratas son más sensatos”, dijo Rodríguez, con siete años en el país.

A Leticia Avila, la única mujer en el área que se dedica a hacer tabaco a mano, tampoco le interesa ni hacerse ciudadana ni seguir la política. “Es que todos dicen las mismas mentiras, yo estoy cansada de eso”, dice Avila, que llegó de Oriente, Cuba, hace 12 años.

“Somos muchos los cubanos que decidimos quedarnos con la residencia y no hacernos ciudadanos”, explica Avila, aclarando que “a nosotros lo que nos interesa es tener trabajo y tener con que pagar nuestras cuentas”.

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