Daniel Radcliffe renovado

Tras dejar atrás a Harry Potter ahora el actor inglés se adentra en el cine de terror con 'The Woman in Black'

Daniel Radcliffe  pasó una década dando vida a Harry Potter. Ahora reinicia su carrera con nuevos papeles como el protagonista de 'The Woman in Black'.

Daniel Radcliffe pasó una década dando vida a Harry Potter. Ahora reinicia su carrera con nuevos papeles como el protagonista de 'The Woman in Black'. Crédito: AP

Daniel Radcliffe tiene solo 22 años. Pero no es únicamente uno de los actores más ricos del mundo, gracias a su intervención en la franquicia de Harry Potter, por la que se embolsó casi 80 millones de dólares. También es uno de los más afortunados.

Precisamente gracias a su riqueza y popularidad se puede permitir el lujo de elegir libremente en qué películas trabajar: solo aquellas que realmente quiere hacer, que le presentan desafíos y le ofrecen la posibilidad de alejarse de la imagen que el público tiene de él.

Por ello, The Woman in Black es la cinta ideal.

Tras Harry Potter and the Deathly Hallows: Part II -la entrega de más éxito de la saga inspirada en el mago creado por J.K. Rowling, con 1,327 millones de dólares recaudados en todo el mundo-, el actor londinense que debutó en televisión con la serie David Copperfield (1999) y en cine con el thriller The Tailor of Panama (2001), apostó por The Woman in Black precisamente por ser diametralmente opuesta al papel que lo ha consagrado en la historia del cine.

En la película -que se asemeja a clásicos como The Innocents o The Haunting, y a producciones españolas recientes como The Others o El orfanato—, Radcliffe encarna a un padre joven y viudo que debe hacerse cargo de los documentos y la herencia de una mujer propietaria de una mansión en la campiña inglesa.

Una vez en el pequeño pueblo cercano a ella, el contable se da cuenta que el miedo reina en el lugar, donde los niños parecen morir con extraña asiduidad.

El guión de Jane Goldman (X-Men: First Class, Kick Ass) esta basado en la novela juvenil de Susan Hill, ya llevada a la pantalla en un par de ocasiones.

“Lo que más cambió es como la historia está enmarcada”, explica Radcliffe a La Vibra desde Nueva York cuando se le pregunta por las notables diferencias entre el volumen y el largometraje. “En el libro está contado todo en un flashback y [mi personaje] no tiene un hijo. Jane pensó que necesitábamos el hijo para justificar el trabajo que acepta, porque tiene que cuidar de él”.

“Lo que Jane hizo, que es muy inteligente, es adaptar un libro. Y las adaptaciones previas de este libro siempre han cambiado la estructura y el contenido [original] con el fin de hacerlo adaptable”.

Por su parte, el director James Watkins (Eden Lake) apostó por contar una historia desde una perspectiva tradicional, alejada de los excesos del cine de terror contemporáneo.

“Sí, es algo en lo que insistí. Me gustó la idea de que se tratara de una historia de fantasmas clásica. Ya no se hacen muchas como esta”, afirma Radcliffe.

“Fue maravilloso formar parte de un proyecto así. Tiene un tono muy británico”.

Tono que la emparenta con los filmes de la productora clásica Hammer, responsable de decenas de títulos con Drácula o Frankenstein de protagonistas durante los años 50 y 60.

Hammer es también productora de The Woman in Black, en un regreso a la gran pantalla esperado por los fans del cine de terror.

“Formo parte del grupo de gente que ha crecido con su cine, por lo que fue un honor formar parte de la resurrección de esta reverenciada compañía”, responde el actor.

Tan británico que su final contundente y dramático poco tiene que ver con lo habitual en el género.

El mismo Radcliffe reconoce que The Woman in Black no podría acabar así si fuera una película hecha en Hollywood.

“No, no terminaría así. Es otra de las cosas que me gustó [del filme]. La gente se muestra dividida con el [final]. Los hay que piensan que es demasiado ‘feliz’, demasiado ‘americano’, porque existe una resolución emocional”, explica. “Yo, de hecho, pensé que era un final muy inteligente. Una forma muy lista de tener una resolución emocional que es esperanzadora, aunque al mismo tiempo el [ingrediente] sentimental es completamente eliminado por [lo que les pasa a mi personaje y a mi hijo]. Me encanta el final. Y sí, hay que tener muchas agallas para mostrar [lo que se ve en la pantalla]”.

El filme se sustenta gracias a notables secuencias de suspenso y terror, carentes de diálogos, con su personaje recorriendo las habitaciones solitarias de la mansión.

Se trata de una actuación casi muda y física, algo que Daniel Radcliffe considera “muy difícil, especialmente cuando mucho de lo que tengo que hacer es pasear por la mansión y reaccionar a lo que pasa [a mi alrededor]”.

“Al final, llegué a un momento tras tres días en el que me mantuve muy cercano al director con el fin de asegurarme que obtiene lo que necesita de mí para contar la historia”, recuerda el actor. “Porque si no estamos contando la historia a través del diálogo, lo debe hacer a través de las imágenes y tienes que asegurarte de que así es”.

La carencia de diálogos supone un giro radical a lo que estaba acostumbrado en la saga Harry Potter, plagada de conversaciones. Al preguntarle si eso fue liberador para él como actor, no tarda en responder, “¡lo es! Fue maravilloso. Estuvo muy bien no tener que explicarlo todo”.

“En [Harry Potter] Rupert [Gint], Emma [Watson] y yo siempre teníamos una secuencia en la que contábamos información que nuestros personajes ya sabían con el fin de recordarlo todo a la audiencia. No tener que hacer eso, contar una historia a través de imágenes, fue genial. Fue liberador, una forma mucho más natural de hacer una película”.

“Trabajar con cineasta jóvenes es estimulante”, continúa al hablar de James Watkins, de 37 años. “Tienen ambición, hambre de contar historias y de hacer grandes películas. Mi próximo filme, [Kill Your Darlings], es el debut del director [John Krokidas]”.

Por cierto, este largometraje es otro ejemplo de cinta arriesgada para el ídolo de miles de jóvenes. En él encarna al poeta homosexual Allen Gingsberg, “a los 19 años”, explica.

“[El filme] cuenta el asesinato que ayudó a formar la Generación Beat. Allen va a la universidad, donde conoce a Lucien Carr [Dane DeHaan] de quien se enamora locamente, y quien le presenta a Jack Kerouac [Jack Huston]… Es donde todos se conocieron. Un guión fenomenal y espero que la película también lo sea”.

Radcliffe, que se ha caracterizado por la falta de escándalos personales y una notable dedicación a su profesión (la crítica aplaudió su labor en las obras teatrales Equus y el musical How to Succeed in Business without Really Trying) no está de acuerdo con la idea de que los actores británicos tocan más de pies en el suelo que sus compañeros al otro lado del Atlántico.

“No”, responde contundentemente. “Creo que hay una diferencia entre la forma como algunos actores lo hacen. Pero no necesariamente depende de si son [estadounidenses] o británicos. Algunos actores lo tienen claro: trabajan duro, quieren mejorar, desean colaborar con gente interesante y quieren tener una carrera interesante”.

“Otros quieren ser estrellas de cine inmediatamente. No quieren aprender como actuar o como comportarse en el negocio… y toman el camino equivocado. Pero he conocido tantos actores [estadounidenses] jóvenes, increíbles, que trabajan duro… no es un problema de nacionalidades. En ambos lados del Atlántico hay actores que se creen que son mejores de lo que realmente son. Si te crees tu propia fama, es entonces cuando te metes en problemas”, termina.

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