Acerca del amor y otros demonios

Febrero, el mes del amor y en especial el día 14 en que se celebra el día de San Valentín, el día del amor y la amistad, celebramos al amor, ese sentimiento tan puro y a la vez tan misterioso, porque después de todo, el amor es un misterio. ¿Quién puede negarlo? Lo vemos a diario a nuestro alrededor, parejas que no tienen aparentemente nada en común, de diferente procedencia étnica, social, cultural, religiosa, etc. y hasta parejas disfuncionales, pero unidas todas por ese sentimiento, por ese algo inexplicable llamado amor.

Ese sentimiento al que simpre le han cantado y escrito infinidad de poetas, cantantes, compositores de todas las épocas, definido por unos como la fuerza que mueve al mundo, y si nos ponemos un poco metafísicos, es como la manifestación terrenal de la divinidad cósmica, después de todo -como dice el vals peruano “amar no es un delito, porque hasta Dios amó”-.

Científicos y especialistas en ciencias ocultas se rompen la cabeza tratando de comprender qué hace que una persona se enamore de otra y no han podido descifrar el enigma. ¿Será como dicen algunos, que nos volvemos a encontrar con alguien de una existencia anterior?, ¿o será que simplemente que en este camino de la vida, vinimos solamente a ar amor y a ver cuanto amor fuimos capaces de dar y ofrecer?

Amor es sufrimiento, dolor, llanto, pero también es éxtasis, gozo, alegría, dicha inmensa, pasión y es en esta misma contradicción en donde radica la inmortalidad y lo indefinible del amor.

En este día de San Valentín, el 14 de febrero, estas líneas van dedicadas para todas las personas románticas y soñadoras. Y bendito Dios que todavía qudan personas así sobre la faz de la tierra. Piquichaki.

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