Romney ataca a Santorum

Lo acusa de haber apoyado a la juez Sonia Sotomayor en 1998

Los ultra conservadores entre los republicanos ahora acusan a Rock  Santorum de ser un "liberal en el closet" y Mitt  Romney trata de aprovechar el momento político.

Los ultra conservadores entre los republicanos ahora acusan a Rock Santorum de ser un "liberal en el closet" y Mitt Romney trata de aprovechar el momento político. Crédito: AP

La interna republicana vuelve a revolucionarse con la emergencia de un nuevo favorito: el ex senador ultraconservador Rick Santorum, quien está en la delantera en todas las encuestas nacionales y parece estar consolidando el voto “anti (Mitt) Romney” en su candidatura.

Es por eso que ahora la campaña del ex gobernador de Massachussets Mitt Romney, desesperada por consolidar lo que pensaban sería una nominación segura para él, está atacando a Santorum por haber votado en favor de Sonia Sotomayor en 1998 para el puesto de jueza del Segundo Circuito de Apelaciones.

En una teleconferencia convocada ayer por la campaña Romney, el ex jefe de gabinete de la Casa Blanca en la época de Bush padre, John Sununu, dijo que Santorum no era un verdadero conservador que mereciera la nominación republicana.

Entre otras cosas, Sununu mencionó que en 1998, cuando Sonia Sotomayor fue nominada para el Tribunal de Apelaciones del Segundo Circuito por el entonces Presidente Bill Clinton, Santorum votó en favor de su nominación.

“Y luego ella llegó a la Corte Suprema”, apuntó Sununu, quien también acusó a Santorum de votar “con Hillary Clinton” y otros demócratas en favor de darle derecho al voto a personas que han cometido delitos graves.

Santorum, un ex Senador por el estado de Pennsylvania entre 1995 y 2007, año en que perdió la reelección, tenía poca figuración entre los pre candidatos republicanos hasta hace un par de semanas, cuando ganó algunas primarias y asambleas y comenzó a sonar como el nuevo favorito.

La encuesta Gallup tiene a Santorum en primer lugar de la preferencia nacional para la nominación republicana, por 34% frente a 30% que va para Romney.

Cuando antes le prestaron poca atención a Santorum, los portavoces de Romney ahora apuntan hacia él sus cañones. El tema de Sotomayor es radioactivo para los conservadores, ya que consideran a la jueza una liberal inaceptable y una “activista” a la que interrogaron a fondo sobre declaraciones que hiciera alguna vez de que era una “latina sabia”.

El tema Sotomayor y Santorum ha estado dando vueltas también por los blogs conservadores, que acusan a Santorum de ser un “liberal en el closet”.

Newt Gingrich ha caído a un lejano tercer lugar, pero el ex presidente de la Cámara sigue luchando, recabando al menos 2 millones de dólares en una reciente visita a California y con noticias de que su millonario amigo dueño de casinos estaría dispuesto a depositarle otros 10 millones al Super Comité que lo apoya.

La mayoría de los observadores republicanos creen que Gingrich aún podría repuntar si gana varios de los estados sureños del Super Martes, pero en realidad creen que su campaña ya va en picada y que una nueva inyección de fondos sólo “extenderá su muerte lenta y dañará las posibilidades de Santorum”, según indicó Charles Dunn, ex decano de Regent University y experto politólogo.

No obstante, el más perjudicado a la larga es Romney, indica Dunn, no sólo para conseguir la nominación republicana sino para ganar en noviembre frente a Barack Obama.

“Mientras más dure esta campaña primaria, peor para Romney”, dijo Dunn. “Morirá por el corte de 1000 cuchillos o por la tortura china del agua. Es decir, lentamente”.

La conversación de pasillo entre los entusiastas políticos es que esto es lo más cerca que la democracia estadounidense ha llegado desde los años cincuenta de tener una convención política “negociada” (brokered convention), cuando los republicanos lleguen a Tampa en el verano a proclamar a su candidato.

Una convención negociada se daría si ninguno de los candidatos llega al número de delegados que necesita para ganar la nominación (1144) y entonces tendrá que negociar con otros para obtener los delegados necesarios para completar.

En una convención de este tipo, si las cosas se complican, hasta podría surgir un candidato que no haya competido en las primarias.

Pero principalmente, los observadores republicanos piensan que esto hace cada vez más dificil pensar que si gana, Romney pueda competir contra Barack Obama.

“Esto se está pareciendo a 1996 y Romney sería Bob Dole. Un candidato que no puede ganar”, dijo David Johnson, consultor republicano de Atlanta que precisamente asesoró la campaña presidencial de Dole.

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