En Dominicana, una buena oposición

En el año 1962 el profesor Juan Bosch dijo que un buen gobernante es aquel que puede mantenerse en el poder. Todos conocemos la historia. Juan Bosch fue derrocado mediante un golpe de estado y solo estuvo en el poder por espacio de 6 meses, auspiciado por el Partido Revolucionario Dominicano, organización política que fundó Bosch en La Habana, Cuba, en el 1939 y de la cual tuvo que salir corriendo por sus guerras intestinas.

En el 1978 el PRD volvía al poder con Silvestre Antonio Guzmán Fernández, quien no terminó los cuatro años de gobierno porque no pudo soportar las presiones de sus propios compañeros de partido y “decidió” suicidarse arrastrado por la ambición de poder de sus más cercanos colaboradores.

El tercer gobierno del PRD lo encabezó el tristemente célebre Salvador Jorge Blanco, en el 1982, el único presidente dominicano que ha sido llevado a la cárcel por malversación del erario público.

El PRD es tan bueno para oponerse que se oponen entre ellos mismos.

El doctor José Francisco Peña Gómez, uno de los hombres más serios y de carácter que ha dado la República Dominicana, productor y conductor del programa radial “Tribuna Democrática” fue un verdadero fenómeno político y electoral que enfrentó al doctor Joaquín Balaguer de una forma férrea y directa.

El PRD asciende al poder en el año 2000 con un candidato populacho, llamado Hipólito Mejía Domínguez, quien, desde que se puso “la ñoña” continuó actuando como un candidato y se olvidó que ya era el Primer Ejecutivo de la nación.

En una ocasión, el propio Ministro de las Fuerzas Armadas, Miguel Soto Jiménez, le sugirió a Hipólito la cancelación del sargento del Ejercito Nacional, Quirino Antonio Paulino, por considerarlo “no muy claro” y entender que le estaba hacerle daño su gobierno con sus negocios.

Parece que el candidato del PRD no sabe que el Ministro de las Fuerzas Armadas es el principal hombre entre los cuerpos castrenses, que en la realidad está más informado que el propio presidente.

La reacción de Hipólito a la sugerencia del ex funcionario fue ascender de sargento a capitán a Quirino Antonio Paulino, y juramentarlo como su Jefe de Campaña en toda la región sur de la República Dominicana.

La situación del PRD y de su presidente Hipólito Mejía se agravó por la mas grande crisis bancaria que se recuerde en la historia dominicana, al quebrar tres de sus principales bancos (Baninter, Banco Mercantil y Bancrédito).

Todo indica que Hipólito Mejía no pasará; no volverá al poder. A toda esa maldición se le suma la división interna que existe en el PRD encarnada entre Miguel Vargas Maldonado y el candidato presidencial. Un candidato presidencial no puede ganar las elecciones sin el respaldo absoluto de su partido. El PRD, de manera oficial, no hace campaña por Hipólito.

Hay múltiples razones para esa división que a mi me parecen insalvables.

Es lamentable, pero esta es la realidad de un partido grande y poderoso, mal dirigido y mal administrado por “dinosaurios” que no se han adaptado a los tiempos modernos y se resisten a renovarse como lo ha planteado en numerosas ocasiones el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, quien representa el único activo real que le queda al partido blanco.

El PRD no nació para gobernar, sino para vivir en la oposición, y los hechos lo demuestran, por eso Juan Bosch lo abandonó y creó el PLD.

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