Nuestra salud y nuestros derechos están en juego

¿Estás siguiendo el ruidoso debate nacional acerca de la cobertura de anticonceptivos en los planes de seguro de salud? Si últimamente le has perdido la pista, seguramente no eres el único. El argumento cambia casi todos los días, mientras los responsables políticos ofrecen nuevas concesiones a los opositores y estos vuelven al ataque para demandar concesiones aún mayores. Pero si sientes la tentación de abandonar por completo la discusión, te pido por favor no lo hagas. Lo que está en juego es muy importante, especialmente para las latinas.

El tema en cuestión es si los planes de seguro otorgados a través de los empleadores deben cubrir métodos anticonceptivos. El verano pasado, las mujeres alrededor del país celebraron cuando la administración Obama incluyó a los métodos anticonceptivos dentro de los servicios básicos de prevención que los nuevos planes deberán cubrir a partir de ahora en su totalidad.

Casi todas las mujeres americanas –incluyendo el 98% de católicas– usan anticonceptivos, y 28 estados ya requieren que los planes de seguro los cubran. Pero la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos denunció con enojo la política del Presidente. En vez de una excepción limitada para las casas de culto, los obispos y sus aliados en el Congreso demandaron una excepción más amplia que también incluiría hospitales, escuelas y universidades afiliadas a la iglesia, incluso cuando estas instituciones emplean a millones de personas no católicas que no tienen otra fuente de anticoncepción.

El Presidente Obama presentó un acuerdo que debería dejar a todos contentos. Respetando la demanda de los obispos, el nuevo plan deja que las instituciones afiliadas a la iglesia excluyan los métodos anticonceptivos de sus planes de seguro. Pero para proteger la salud pública, el plan requiere que las compañías de seguro de los empleadores cubran directamente los métodos anticonceptivos cuando los empleadores se niegan a hacerlo.

El público en general –incluyendo a los católicos- sigue apoyando fuertemente a la cobertura universal de métodos anticonceptivos. Sin embargo, los grupos conservadores están determinados a bloquear el plan del Presidente. El grupo que apoya a los obispos condena la medida como “coerción gubernamental de personas religiosas” y promete bloquearla en el Congreso o en las cortes. Esto es irónico puesto que el plan del presidente no fuerza a nadie a usar anticonceptivos.

¿Por qué esto es tan importante para las latinas? Porque nadie tiene el derecho a forzar nada sobre nosotras –ni sexo, ni un embarazo, y tampoco una prohibición sobre un servicio de salud que necesitamos. Para muchas de nosotras, el costo es aún una barrera. Si podemos remover esa barrera seremos más libres para planear nuestros futuro. Hay 10,5 millones de latinas en edad reproductiva en este país –560,000 en la ciudad de Nueva York. Hagamos que se escuche nuestra voz.

Suscribite al boletín de Noticias

Recibe gratis las noticias más importantes diariamente en tu email

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain