Engañaba a mujeres para prostituirlas

Angel Cortez Granados se declara culpable de tráfico humano y proxenetismo

En la red de prostitución  estaban implicados 20 personas y operaba en varios condados según informaron las autoridades.

En la red de prostitución estaban implicados 20 personas y operaba en varios condados según informaron las autoridades. Crédito: thinkstock

Brooklyn – Angel Cortez Granados, de 25 años, miembro de una familia mexicana de Tenancingo dedicada al tráfico humano se declaró ayer culpable en la corte federal de Brooklyn.

Según la fiscalía Cortez Granados participaba en una cadena de prostitución familiar que se remonta a varias generaciones, y en la que con engaños atraían a mujeres para después forzarlas a prostituirse. Fue así que inició una relación amorosa con una joven en México con el fin de ser su proxeneta.

Una vez establecida la relación la convenció para venirse a trabajar a Estados Unidos encargándose de hacer los arreglos, contactando y pagando a los coyotes. Tras varios intentos en los que fueron detenidos por la patrulla fronteriza en Arizona, primero él y luego la mujer lograron finalmente cruzar la frontera en abril del 2010. Tras vivir en Carolina del Norte en el 2011 vinieron a Nueva York, instalándose en el Bronx.

El supuesto objetivo era trabajar y ahorrar para comprar una casa en México pero pronto la mujer, que la juez Cheryl Pollack pidió identificara solamente por su primer nombre: Esperanza, se vio obligada a prostituirse.

“La amenacé con que estaba sola en este país, que nadie iba a intentar ayudarla y por si eso no fuera suficiente la dije que llamaría a la policía para que fuera arrestada y como ella no tenía papeles tenía la posibilidad de ir a la cárcel”, dijo a través del intérprete Cortez Granados.

La sofisticada red de prostitución en la que se ha detenido a más de 20 implicados, funcionaba en varios condados y se promocionaba con tarjetas en las que se anunciaban “chicas ricas” y un teléfono de contacto. “Las mujeres eran servidas a domicilio como si se trataran de pizzas. El precio era entre $30-$35 por 15 minutos y una vez terminado el conductor llevaba a la mujer a la siguiente localización”, indicó la fiscal Pamela Chen.

No se ha fijado fecha de la sentencia a la espera de los informes de probatoria pero esta se estima sea de unos 15 años de cárcel más una multa que puede llegar a un cuarto de millón de dólares y la restitución económica a la víctima que tampoco ha sido aún determinada.

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