El camino malo está cerrado

El presidente Leonel Fernández Reyna proclamó hace poco en Nueva York que el Partido de la Liberación Dominicana “ya está preparado para mantenerse en el poder por los próximos 40 años”.

Su afirmación se produjo durante una reunión donde participó un grupo de 70 dirigentes altos y medios del partido de gobierno de los estados de Connecticut, Nueva York y Nueva Jersey.

Luego de analizar la situación política del país, Leonel le explicó a sus seguidores que no había forma para que el PLD perdiera las próximas elecciones.

Aquella charla fue impactante. Leonel mencionaba que el PLD, tras convertirse en un partido de masas, adquiría una membresía de cerca de 1.5 millones, y que la madurez y experiencia política de cada dirigente y miembro, juntamente con el crecimiento abismal en términos numéricos, hacen de esa organización política la más sólida de la República Dominicana.

El presidente no mencionó las fuerzas aliadas que suman más de 20, ni tampoco el impacto del carisma y el trabajo realizado por el bien de los más pobres de la República Dominicana de la flamante Primera Dama, doctora Margarita Cedeño de Fernández, quien una vez proclamada disparó el “encuestómetro” nacional a niveles increíbles, sumándole de golpe un 15% de la intención del voto al candidato presidencial morado Danilo Medina.

La reflexión fue muy interesante. República Dominicana no es lo que era en el año 2000. Hoy tenemos un modernísimo sistema de transporte en el Metro de Santo Domingo, casi el total de las calles del país debidamente asfaltadas, 1 millón 500 mil personas reciben ayuda directa del gobierno, hospitales restaurados, sectores completos con energía eléctrica 24 horas, el programa Barrio Seguro se expande por todo el país, la Policía Nacional entra en su segunda fase de modernización, las labores de las oficinas públicas y de gobierno han sido automatizadas, el producto interno bruto aumentó en un 25%, la producción de leche, carne, huevos, tubérculos y vegetales se disparó en un 45% y el país está en salud. El índice de pobreza ha bajado sustancialmente, y los organismos internacionales han visto con buenos ojos la obra de gobierno del presidente Leonel Fernández a quien acaban de darle A + de aprobación.

Cuando Hipólito Mejía y el PRD-PPH gobernaron el país (2000-2004) sucedió todo lo contrario. Hubo crisis en todos los órdenes; hasta las bombillas de las calles y del Palacio Nacional desaparecían.

Hipólito Mejía no representa peligro para la fácil victoria electoral del 20 de mayo del binomio Danilo Medina/Margarita.

Un candidato que daña toda su campaña diciendo cosas incoherentes, que hizo el peor gobierno que recuerde la República Dominicana (2000-2004), seguido de su compañero de partido, el extinto Salvador Jorge Blanco (PRD), no debe volver a gobernar, al menos que estemos todos locos.

Hipólito Mejía no supo gobernar. Danilo, por el contrario, es un hombre educado, preparado, con visión de gobierno. Margarita, su compañera de boleta, tiene experiencia en el gobierno por su extraordinario desempeño al frente de la Oficina de la Primera Dama.

Hipólito no es coherente. Danilo medita y cuida lo que dice.

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