Demanda a la UCSD por despedirla

Ana Báiz-Torres dice que trataba de incrementar la diversidad

SAN DIEGO .- Ana Báiz- Torres ha demandado a la Universidad de California San Diego (UCSD) por despedirla cuando trataba de incrementar la diversidad del plantel, posición para la cual fue contratada como la primera directora de Desarrollo de Iniciativas de Diversidad.

La demandante dijo a Efe que su principal obligación era recolectar fondos para programas de beneficio para minorías, pero se encontró con resistencia por parte de colegas con posiciones de liderazgo en el campus, y fue despedida tras solo ocho meses en el cargo.

Su posición fue creada tras un incidente que alcanzó notoriedad nacional conocido como “Parrillada de Compton”, en el que estudiantes de UCSD organizaron en febrero de 2010 una fiesta temática en la que se utilizaron estereotipos raciales que se burlaban del mes de la herencia afroamericana y de un humilde vecindario de Los Ángeles.

En su demanda, Báiz-Torres señala que en el sistema de la Universidad de California, UCSD cuenta con el porcentaje más bajo de estudiantes minoritarios, con un 12.8 por ciento de hispanos, 1.6 de afroamericanos y 0,4 por ciento de nativoamericanos.

En comparación, de acuerdo con la demanda, en otros campus del sistema la matriculación puede llegar a 32.2 por ciento para estudiantes latinos; 7.9 por ciento para afroamericanos y de 0.9 por ciento para nativoamericanos.

Organizaciones estudiantiles como MEChA han citado este despido como una muestra de lo que llaman falta de voluntad por parte de administradores para cambiar la cultura de falta de diversidad en el campus.

Mar Vélez, presidenta de MECha, dijo a Efe que Báiz-Torres era una de las personas que más trabajaba por las minorías en el campus, y que la administración se ha negado a dar explicaciones sobre su despido.

La demanda alega rompimiento de contrato, de las relaciones de buena fe, discriminación racial, ambiente de trabajo hostil, represalias, imposición voluntaria de angustia emocional, e imposición de angustia emocional por negligencia, entre otros.

De acuerdo con Báiz-Torres, personal de UCSD en posiciones de liderazgo, le dijeron que los estudiantes minoritarios “no deberían quejarse y deberían estar agradecidos de que los admitieron a un campus de UC”.

En septiembre de 2010, UCSD la contrató en reconocimiento a los más de 78 millones de dólares que había recaudado en el estado en relación con proyectos de revitalización en vivienda, escuelas, centros de cuidado diurno e instalaciones comunitarias en comunidades de bajos recursos.

La escuela buscaba que trabajase con donantes tradicionales a fin de apoyar actividades estudiantiles, especialidades secundarias en estudios chicanos y afroamericanos, y el programa de puente de verano de transición para que estudiantes de primera generación en la universidad pudiesen adaptarse a la vida en el campus.

Báiz-Torres dijo que pese a que firmó su contrato por solo un año, las autoridades le prometieron que a menos de que hubiese recortes de presupuesto o “causa justificada”, se lo renovarían.

“No hubo ‘causa justificada’, como lo prueba el que me dieron un aumento de sueldo, mis buenos reportes de trabajo y que pasé el período de prueba de seis meses”, dijo Báiz-Torres.

Sin embargo, su despido en mayo de 2011, de acuerdo con Báiz-Torres, probó que las metas trazadas por UCSD “solamente eran parte de pretensiones fingidas por parte de la universidad”.

De acuerdo con la demanda, el incidente que pudo haber precipitado su despido ocurrió en abril de 2011, cuando la canciller Marye Anne-Fox la interrumpió abruptamente mientras se quejaba de falta de cooperación por parte de administradores durante una junta de un comité creado para monitorear avances en las áreas de clima, igualdad e inclusión.

“Frente a docenas de personas, incluyendo a líderes comunitarios, Fox le dijo ‘es suficiente’, ‘siéntate’, y ‘es todo'”, de acuerdo con la demanda, que alega que su despido fue el resultado de ese roce y la injusta falta de acceso a recursos educativos para estudiantes de color.

Báiz-Torres, antes de trabajar en UCSD, fundó el Programa de Internados en Diversidad de la Coalición de California para Vivienda Rural en el Estado, que cumple 13 años de operación, para dar oportunidades en administración de proyectos a estudiantes de bajos recursos.

Con una licenciatura en Ciencias Sociales por UC Berkeley, Báiz-Torres es miembro Woodrow Wilson de la Escuela de Políticas Públicas y Asuntos Internacionales en Princeton, con una maestría en Planeación Urbana de la Universidad de Michigan en Ann Arbor.

UCSD se rehusó a comentar sobre la demanda, bajo el argumento de que la política de la escuela es no hacer comentarios sobre un litigio pendiente.

Báiz-Torres busca compensación por el resto del año pendiente en su contrato y una cantidad no revelada a consecuencia de daños.

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