Censurando la educación en Arizona
Aunque Arizona ha generado titulares con su infame ley anti-inmigrante, hay otra ley – la llamada HB 2281 – que me parece una asalto mas nefasto en contra de la comunidad hispanoamericano.
La ley prohíbe, entre otras cosas, el uso en la escuela de materiales que “promueven resentimiento” hacia una clase de personas, han sido diseñadas para una raza en particular, o avocan a favor de la solidaridad étnica en vez de tratar al estudiante como un individuo.
No obstante el lenguaje genérico, es dirigida a la enseñanza de la experiencia hispanoamericana en los EE.UU. De hecho, poco después de que el gobierno de Arizona promulgó la ley, fue declarado ilegal el departamento de estudios mexicano-americanos.
No queda duda de que la ley es obra de personas que se sienten amenazadas por los que se identifican como hispanoamericanos y que quieren entender esa identificación desde una perspectiva que no se basa en la narrativa dominante, la que habla con favor de la conquista europea del continente americano. Es un intento obvio de suprimir perspectivas discordantes.
En este país hay una fuerte tradición de libertad de expresión. No dejamos que el gobierno dicte lo que pensamos, leemos o decimos. Y por eso quizás los que se oponen a leyes como este confían en que tarde o temprano esta ley será declarado invalido.
El problema es que en este país también hay una gran tradición de educación publica. Mientras que hayan escuelas publicas, el gobierno tendrá una voz en lo que pasa dentro de la clase. Tampoco queremos expulsar al gobierno de la clase por completo. Fue el gobierno federal que abrió las puertas de las escuelas publicas que insistían en la separación de blancos y negros.
Por lo tanto, no hay un argumento legal simple y directo que pueda nulificar a la ley. Así que aunque el objetivo político detrás de esta ley me parece particularmente censurable, el contraataque legal tendrá que ser mucho mas complejo de lo que quisiera.