La vida y pasión de Francisco y Tuquinagui

Hacer de Jesús y Judas no es fácil, que lo digan estos dos devotos de Westchester

Francisco Vargas, arriba izquierda,  mientras interpreta a Jesús en el Vía Crucis de 2011 de la Iglesia Monte Carmelo.

Francisco Vargas, arriba izquierda, mientras interpreta a Jesús en el Vía Crucis de 2011 de la Iglesia Monte Carmelo. Crédito: Cortesia

Nueva York – Caminar descalzo en el asfalto más de dos horas llevando a cuestas una cruz de 90 libras es una proeza que no sólo requiere fe, sino una gran preparación física.

Que lo diga el mexicano Francisco Vargas, quien ha personificado a Cristo los últimos diez años en el Vía Crucis de la iglesia de Nuestra Señora de Monte Carmelo, en Mount Vernon, Westchester.

Aunque soportar una cruz de la mitad de su peso requiere energía, Vargas, de 40 años, prefiere ayunar el Jueves y el Viernes Santo, como parte de su preparación espiritual.

“Lo único que consumo es agua, porque me siento indigno de personificar al Señor. Necesito purificar mi ser y mis abuelos me ensañaron que sólo se logra dejando de comer”, apuntó.

Francisco explicó que desde la adolescencia practica el ayuno en Cuaresma como parte de una tradición familiar, realizada por generaciones en su pueblo natal Cotija, Michoacán.

El hombre indicó que se impone una penitencia de 40 días con la intención de acercarse más a Jesús.

“Sí disfruto comer algún alimento en particular o realizar alguna actividad recreativa, pero durante la Cuaresma dejo los gustos mundanos”, acotó.

Para soportar el peso de la cruz, acude al gimnasio frecuentemente y práctica fútbol. En la escena de crucifixión durante el Vía Crucis, Francisco debe sostener su propio peso cerca de 30 minutos.

“Me sujeto de pequeños soportes que poco hacen para sostenerme. Es duro, pero lo hago por amor al Señor. Al final de la jornada, el dolor físico es grande, pero la satisfacción es mayor”, apunta.

Francisco indicó que en el Vía Crucis porta una corona de espinas verdaderas, confeccionada por artesanos guatemaltecos.

“Mi corona fue diseñada de tal forma que las espinas no tocan mi piel. Cuando me la colocan, unos algodones mojados con pintura hacen escurrir lo que parece sangre. Es muy real”, dijo.

Si interpretar a Jesús parece difícil, conseguir a quien haga de Judas puede ser más complicado pues pocos desean personificar al traidor del Señor, según lo narra el relato bíblico.

El ecuatoriano Tuquinagui Segundo, de 48 años, indicó que venció la timidez para adueñarse del personaje.

“Soy un hombre humilde que pasa desapercibido, pero al hacer de Judas debo hablar con voz fuerte y actuar de una forma que en la vida real no podría”, explica.

Segundo dijo que la escena más difícil es cuando entrega a Jesús con un beso en la mejilla.

“He pedido fuerza al Señor porque es realmente duro”, señala.

Tuquinagui debe permanecer colgado por unos 20 minutos al escenificar el suicidio de Judas luego de arrepentirse. Para ello, usará un arnés que sostendrá su peso.

“Hemos sido muy creativos para hacer del Vía Crucis, una experiencia impactante y casi real, pero a la vez es una oportunidad para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida”, subrayó.

El padre de cinco dijo que actuar en el tradicional recorrido es una forma de continuar perpetuando en sus hijos la tradición de su país.

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