El verdadero Romney

El inesperado retiro de Rick Santorum de la contienda por la nominación presidencial republicana despejó el camino y acortó los tiempos para que Mitt Romney pueda sentirse como el próximo rival del presidente Obama. Está en la posición deseada, pero no necesariamente en la mejor situación anticipada.

La elección primaria republicana fue especialmente desgastadora para el exgobernador de Massachussetts que esperaba tener rivales en la interna. Pero nunca espero que antes de ganar la candidatura sería acusado de antiinmigrante, de ser un banquero de Wall Street y de otros cargos que lo dejan expuesto a la critica demócrata en la elección general.

El aparente final de la primaria tampoco deja a Romney solidificado en la base republicana. La elección interna no acaba gracias al apoyo abrumador al candidato obtenido por su carisma y sus ideas, sino por la retirada estratégica de su rival. Todavía hay un gran sector republicano compuesto por conservadores sociales, cristianos y simpatizantes del Tea Party que desconfían de Romney. Es peligroso apostar a que el antagonismo hacia el presidente sea un motivador suficiente para que estos votantes salgan en entusiasmados a votar en noviembre.

Precisamente, ganar la confianza del votante es el gran desafío de Romney. Durante la primaria Romney asumió posturas políticas que contradijeron posiciones anteriores tomadas como candidato a la gobernación y gobernador de Massachussetts. Esta incoherencia le dañó con los conservadores que no lo vieron sincero y con los independientes que en el mejor de los casos están confundidos por sus cambios de posturas.

Esta es la oportunidad de Romney de unir la partido detrás suyo para ir finalmente contra Obama sin distracción alguna. El tiempo está a su favor habrá que ver si lo aprovecha para mostrar y convencer sobre las virtudes del verdadero Romney.

Impremedia/La Opinión

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