Golazo a las heridas en el deporte

Lesiones en niños que juegan fútbol y béisbol son muy comunes en el verano, pero se pueden evitar.

Bryan Noristz.

Bryan Noristz. Crédito: Cortesia

Nueva York – Con la cercanía del verano, grandes y chicos disfrutan de deportes e infinidad de juegos al aire libre. Entre los niños hispanos sin duda que los predilectos son el fútbol y el béisbol, actividades estas que requieren de mucha práctica, entrenamiento y buena condición física.

Este es el caso de Shakira Noristz de 15 años, y de su hermanito Bryan, de 12, quienes han estado practicando fútbol desde hace más de 5 años.

“Ellos están en una academia que tiene torneos en la primavera, el otoño y el verano. También juegan en la escuela”, cuenta su orgullosa madre Mónica Noristz, una ecuatoriana residente en Kearny, Nueva Jersey.

Aunque dicen que la práctica hace la perfección, expertos aconsejan tener mucho cuidado porque deportes que involucran movimientos muy repetitivos, como el fútbol y el béisbol, pueden causar lesiones en los niños que si no se tratan a tiempo, requerirán cirugías en el futuro.

“Las heridas más comunes en el béisbol son las de los hombros y codos, que se producen por un uso excesivo de los ligamentos en esas partes del cuerpo debido a que se hace mucho énfasis en el lanzamiento rápido y fuerte de la bola”, indica el doctor Tony Wanich, médico del Departamento de Cirugía Ortopédica del Centro Médico Montefiore.

“En el fútbol (balompié, o soccer como le dicen en inglés), las heridas por sobreuso también son muy comunes, especialmente en las hembras. Lo que sucede es que los niños están corriendo constantemente y desarrollan tendinitis y lesiones del ‘ligamentos cruzado anterior’ (LCA) en las rodillas y tobillos”, agrega Wanich.

En cuanto al fútbol americano, el cirujano explica que las lesiones del LCA también son comunes, “pero debido a la naturaleza de este deporte, que es de contacto, muchos pacientes desarrollan contusiones en los hombros y las piernas (…) También nos preocupan las contusiones en la cabeza”.

El experto asegura que muchos niños sufren heridas debido a que están entrenando durante todo el año y nunca tienen la oportunidad de descansar lo suficiente después de prácticas muy intensas.

“Estos niños están en plena etapa de desarrollo y tienen ‘placas de crecimiento’ -áreas en los extremos de los huesos largos donde hay tejido blando que crece- muy débiles y padecen fracturas en esas placas fácilmente”, dice el doctor.

El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU, reporta un estimado de 3.2 millones de visitas anuales a salas de emergencia de hospitales entre niños de 5 a 14 años que han resultado heridos practicando algún deporte o actividad física.

Mónica Noristz cuenta que sus niños juegan todo el año, pero sólo practican dos días a la semana y tienen torneos sábados y domingos. Sin embargo, reconoce que los jovencitos se han quejado de cansancio en ciertas ocasiones.

“A veces dicen que no quieren ir y que necesitan descansar, pero de todas maneras van a la práctica y allí se les olvida todo. Yo les digo que su responsabilidad es estudiar y hacer deporte”, comenta la madre quien de inmediato aclara: “Yo no les exijo. Si los hemos metido en ese deporte es porque verdaderamente les gusta el fútbol”.

El doctor Wanich advierte que es muy común que el niño sufra una herida y sus padres no lo sepan, porque el dolor pasa y el menor comienza a sentirse mejor, pero con el tiempo, esto los limita y les impide practicar deportes nuevamente. “Muchas de estas heridas los predispone a sufrir de artritis en el futuro y de otros problemas crónicos”.

Afortunadamente Shakira y Bryan no han presentado heridas o dolores constantes, pero sí se han quejado de molestias ocasionales.

“Han tenido dolor si se cayeron en algún partido o si alguien los pateó, pero le ponemos una crema especial para deportistas y se le quita inmediatamente”, comenta la madre.

Según el Instituto Nacional de Salud de EEUU, cerca de 38 millones de niños y adolescentes participan en algún deporte cada año.

Un problema común que ven los expertos en medicina deportiva es que en la actualidad los niños comienzan a practicar deportes a una edad muy temprana. Ello se debe, en parte, a que los padres tienen muchas expectativas con sus hijos y piensan que si se convierten en excelentes deportistas, quizás puedan obtener una beca estudiantil o convertirse en atletas profesionales.

“Algunos padres están presionando a sus hijos demasiado y creo que eso contribuye mucho a las heridas deportivas”, asegura Wanich.

“Estamos viendo cada vez más a niños de tan sólo 10 años, o menores, que necesitan cirugía debido a que se dañan sus ligamentos, algo que sólo veíamos en atletas profesionales hace una década”, agrega el especialista.

“Creo que un punto importante es que, si bien hacemos esfuerzos para educar a los entrenadores, también debemos educar a los padres para que sepan que algunas veces mucha práctica no hace la perfección”, exhorta.

En el caso de los niños que se mantuvieron inactivos durante el invierno y que intensifican sus actividades físicas durante el verano, el doctor Wanich sugiere que inicien sus entrenamientos poco a poco. “Deben comenzar basados en un programa de pre-acondicionamiento que incluya calentamiento, estiramiento y ejercicios de resistencia, como correr o trotar, para ponerse nuevamente en forma”.

“Los niños que han estado inactivos por mucho tiempo deben seguir la llamada ‘regla del 10%’, que consiste en la idea de que cada semana deben incrementar su actividad física sólo un 10 por ciento, que es una forma segura de volver gradualmente a estar en mejor forma física. Esto se aplica a todos los deportes”, subraya Wanich.

“Los padres deben asegurarse de que sus hijos realicen estiramiento antes y después de jugar béisbol o fútbol”, recomienda el especialista. “Deben estirar todas las partes del cuerpo por lo menos 30 segundos”.

El cirujano ortopédico explica que la mayoría de los niños y jóvenes se preocupa en endurecer los brazos y las piernas, pero se olvidan de la espalda y los abdominales, que son la parte central del cuerpo y la que lo estabiliza. “Si tu parte central está débil tratas de compensar usando tus piernas y brazos excesivamente y eso te predispone a heridas”.

Si el niño presenta dolor, Wanich aconseja a los padres que se aseguren de que sus hijos descansen lo suficiente y eviten cualquier actividad o movimiento en el área donde tengan el malestar. Deben poner hielo y una compresa por si hay hinchazón y darle algún remedio anti-inflamatorio.

“Pero si el dolor dura más de un día o el niño es incapaz de mover la extremidad que le duele, debe llevarlo a un médico de inmediato para evitar cirugías que potencialmente terminen con su carrera deportiva”, concluye.

pedro.frisneda@eldiariony.com

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