Cáncer arrebata sueño de madre inmigrante

Una visita tardía al doctor reveló el fatal diagnóstico que dejó a una niña huérfana

Los padres de María Leonor Doña Melida Marina y  Don Luís Alfonso, y su otra hija Mónica, dicen que tras la muerte de la madre su único consuelo y alegría es poder ayudar a la pequeña Romina, pero no tienen grandes recursos para hacerlo.

Los padres de María Leonor Doña Melida Marina y Don Luís Alfonso, y su otra hija Mónica, dicen que tras la muerte de la madre su único consuelo y alegría es poder ayudar a la pequeña Romina, pero no tienen grandes recursos para hacerlo. Crédito: Zaira Cortes / EDLP

Queens.- La madre ecuatoriana María Leonor Freire contaba con ver crecer a su única hija, pero un asesino silencioso le arrebató la vida.

María Leonor, de 38 años, murió en el Hospital Elmhurst el 20 de marzo luego de perder la batalla contra un cáncer cervical, enfermedad que también invadió su sistema respiratorio, dijeron familiares.

Ahora sus pocos parientes en la ciudad tratan de ayudar a Romina, la hija de tres años, y de cada crear conciencia vez que puedan sobre la importancia de hacerse chequeos médicos regulares.

María Leonor llegó de Quito a Nueva York en 2002. En los últimos años, la madre soltera centró su atención en criar a su hija, y se entregó a su trabajo como asistente de contabilidad.

La hermana de María Leonor, Mónica Freire, contó que la madre era una mujer aparentemente sana que pocas veces visitó a un doctor, hasta el día en que un fuerte dolor de vientre la obligó a acudir al hospital.

“Nos dijeron que su cáncer estaba en la fase terminal. Los médicos nada pudieron hacer para salvarle la vida”, apuntó.

María Leonor murió luego de tres semanas.

“No quería irse. Sólo pensaba en su hija. Les dijo a los doctores que haría lo que fuera por sanar”, expresó la hermana con voz frágil.

Los padres de María Leonor, Luís Alfonso y Melida Marina, lamentaron que la distancia les impidiera convivir con su hija y su nieta.

Don Luís Alfonso recordó que tenía más de cinco años de no ver a su hija.

“Nos apresuramos a venir con una visa turista cuando supimos que moriría. Sólo pude estar con mi nena unos cuantos días”, dijo ahogado en llanto.

El abuelo comentó que fue difícil ganarse la confianza de su nieta, pues su único acercamiento era por teléfono.

“La migración separa familias. Nuestro caso es un ejemplo claro”, dijo.

En la sala de la casa sobresale un pequeño altar con la foto y las cenizas de la madre.

La familia pidió a las mujeres, especialmente a las madres, practicarse el Papanicolaou, una prueba cuyo fin es detectar en forma temprana las alteraciones del cuello del útero, que posteriormente puede convertirse en cáncer. Si es detectado temprano, las posibilidades de sobrevivencia son más altas.

“No queremos que la terrible enfermedad deje a otro niño sin madre”, dijo Don Luis Alfonso.

Los hermanos de María Leonor, Álvaro y Mónica Freire, asumirán la custodia la de niña; sin embargo, la familia enfrenta una precaria economía.

Mónica recibe un salario semanal bajo que no le permite cubrir gastos alimenticios y de niñera.

“Casi pierdo mi trabajo por todos los días que pasé cuidando a mi hermana. No estábamos preparados para este golpe tan duro”, dijo.

La Secretaria Nacional del Migrante de Ecuador, SENAMI, informó que ayudará a la familia a contactar organizaciones, funcionarios electos y oficinas de gobierno que pudieran facilitar apoyo financiero o un programa alimenticio para la pequeña Romina.

Si usted desea ayudar a la familia, puede hacer donaciones al número de cuenta checking del banco Chase 029077074665, que está a nombre de Álvaro Freire.

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