Obesidad infantil: una epidemia en los Latinos

Para combatirla, hacen falta pequeños cambios que harán una gran diferencia en la vida y la salud de nuestros niños

Antes como elogio le decían a las mamás: “¡ah, qué gordito y sano está su niño!” Ahora se sabe que si está muy gordito tiene una enfermedad: obesidad infantil. Y es que informes médicos recientes señalan que en Estados Unidos uno de cada tres niños padece de sobrepeso u obesidad. Pero cuando nos referimos a niños hispanos la situación empeora, pues el 40% sufre este padecimiento, explicó a La Opinión Katherine Roberts, médico residente del Southern Orange County Pediatric Associates.

La situación es tan seria, que la primera dama Michelle Obama creó una campaña nacional contra la obesidad infantil en la Unión Americana, especialmente entre las comunidades en mayor riesgo: “Todos sabemos que este es un problema serio en Estados Unidos, pero las comunidades étnicas han sido golpeadas con especial fuerza… Casi dos de cada cinco niños hispanos tienen sobrepeso o están obesos”, insiste en alertar la primera dama a numerosas audiencias latinas.

Las causas principales, dice Roberts, son el consumo excesivo de calorías y la falta de actividad física. Sin embargo, abundó la pediatra que trabaja mayormente con niños de comunidades hispanas, “la obesidad infantil afecta a los niños latinos de forma desproporcionada, y ello se debe a otros factores de tipo cultural, social y genético que los impactan directamente”.

“Cuando tenemos niños ‘gorditos’ con algunos kilos extra, las mamás no se preocupan demasiado, piensan que es un signo de buena salud y lo consideran ‘normal'”. En estudios conducidos con padres latinos con hijos con sobrepeso, se les preguntó si para ellos su hijo tiene sobrepeso, o es normal: Al menos la mitad calificaron de “normal” el peso de sus hijos.

“Si un padre tiene la percepción de que el peso de sus hijos es normal, explica Roberts, es más difícil convencerles de que tomen medidas para corregir el sobrepeso de sus hijos. El problema del sobrepeso es que es una enfermedad que aparece en la infancia, y después –en la vida adulta- es más difícil corregirla y controlarla”.

Por otro lado, las madres latinas suelen cocinar elaborados y ricos platillos tradicionales, en los que usan una abundante variedad de ingredientes altos en grasas, azúcares y carbohidratos, cuyo consumo en exceso aunado a la falta de ejercicio, nos pinta un cuadro preocupante.

“En nuestros barrios hispanos, donde numerosas familias viven en apartamentos o calles llenas de autos, escasean los espacios al aire libre y está prohibido el uso de bicicletas, patines, patinetas y hasta pelotas”, dice por su lado América Bracho, directora de Latino Health Access, con base en Santa Ana, California. “Estamos creciendo niños con vidas sedentarias y alimentación menos sana, tenemos que hacer algo a tiempo desde que son niños”.

Los latinos, coinciden en señalar Roberts y Bracho, tienen por herencia genética “más predisposición a la obesidad” que otros grupos étnicos. Debido a sus genes, los hispanos reaccionan de determinadas formas al exceso de calorías: en pocas palabras, los latinos tienen, en mayor proporción, una tendencia hereditaria a la obesidad.

Si entre los niños la enfermedad de la obesidad es seria, lo es más entre los adultos hispanos. En los últimos 20 años, la obesidad entre los adultos ha aumentado un 25%, y las mujeres hispanas y afroamericanas son las que llevan la peor parte. El 76% de las latinas tienen sobrepeso, y el 45% de ellas son obesas. Tener padres obesos influye en la obesidad de los hijos.

De acuerdo con cifras proporcionadas por Latino Health Access, tomadas de estudios publicados en 2008 por el National Center for Health Statistics, los niños méxico- americanos son el número uno en obesidad entre los distintos grupos étnicos y raciales en Estados Unidos, mientras que las niñas méxico-americanas ocupan el segundo lugar en la lista de grupos de obesos.

Si el cuadro es de por sí poco alentador, habrá que agregar otro aspecto que pone más difíciles las cosas: la falta de cobertura médica que afecta a numerosas familias latinas, lo que resulta en falta de chequeos médicos regulares y en consecuencia, poca prevención de condiciones de salud controlables como el sobrepeso.

“Nuestros padres hispanos tienen bajos ingresos en una sociedad en la que la salud, la vivienda, la educación y la alimentación son caros. Tienen que trabajar arduamente ambos padres, muchas veces hasta dos trabajos para reunir lo indispensable para vivir”, observa América Bracho, por lo que los alimentos saludables hechos en casa son reemplazados continuamente por comida rápida, enlatada o precocinada con abundancia de preservativos, y gaseosas en vez de aguas de frutas naturales.

Mientras los padres trabajan, observan las especialistas en salud, los niños se dedican a la vida sedentaria frente al televisor, con pocas opciones de ejercicio al aire libre o de programas después de clase con los que tengan actividad física recreacional o deportiva.

“Si lo anterior lo unimos con el exceso de calorías y falta de ejercicio, el resultado es la actual epidemia de obesidad en los niños latinos que estamos padeciendo”, concluye Katherine Roberts. Pero aunque hay factores hereditario y barreras sociales, no hay que darse por vencido ni creer que por tener predisposición genética no hay nada por hacer.

Pequeños grandes cambios en nuestra alimentación y un poco de ejercicio diario es la fórmula probada que hará la diferencia.

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