¿A qué vienen los políticos dominicanos a NY?

El exceso de publicidad impresa, las manifestaciones callejeras y las reuniones políticas para promover las elecciones dominicanas del próximo 20 de mayo en el alto Manhattan, el Bronx y parte de Brooklyn es tal que quien desconoce el fervor político de los dominicanos pensará que Nueva York es el escenario principal de esa contienda electoral.

Los políticos dominicanos de la Isla saben que gran parte de sus paisanos han hecho de la militancia política una pasión y, muchas veces, un estilo de vida que arrastran a dondequiera que van. Por eso no es extraño encontrar en las esquinas de las calles Saint Nicholas y 181, o en la avenida Nagle y la calle Dyckman, en Washington Heights, a grupos de dominicanos defendiendo acaloradamente los partidos de su preferencia y a sus respectivos líderes.

Pero muchos dominicanos residentes en Nueva York sostienen que los candidatos a puestos públicos en la República Dominicana, especialmente los aspirantes a la presidencia y vicepresidencia, sólo vienen a esta ciudad en época de campaña, y a recaudar dólares.

No son pocos los nacionales quisqueyanos residentes en Nueva York que rechazan y catalogan de oportunistas las visitas de los políticos a la urbe neoyorquina en época de campaña electoral. La razón de dicho rechazo es obvia: los candidatos saturan a varios sectores de la población dominicana neoyorquina con cenas, encuentros amistosos, reuniones con comerciantes y profesionales, conferencias, etc., cuyos precios oscilan entre 150 y 300 dólares.

Se supone que los ingresos generados en esos eventos proselitistas son sustanciosos, pero la cantidad recolectada es un secreto que solamente conocen los organizadores de dichas actividades y los candidatos beneficiados.

La queja generalizada de quienes contribuyen económicamente con muchos aspirantes a la presidencia, vicepresidencia y al Senado de la República es que cuando éstos llegan al poder se olvidan de ellos. Las promesas quedan en el aire e incluso verlos o reunirse con éstos cuando visitan el país, es prácticamente imposible.

Los políticos dominicanos han hecho de la recolección de dinero en la comunidad dominicana residente en Nueva York una práctica común, una alcancía que llenan aquí para vaciar allá. Y lo triste es que esa historia se repite cada cuatro años sin ningún pudor.

Este año Hipólito Mejía y Danilo Medina, aspirantes a gobernar la República Dominicana desde el 2012 hasta el 2016, aprovecharon el periodo de Semana Santa para trasladarse a los Estados Unidos en busca de votantes. Sus escenarios fueron Miami, Nueva York, Nueva Jersey, Massachusetts, Washington, Carolina del Norte y Filadelfia, entre otros. Las promesas a sus seguidores fueron múltiples.

Parece que cada cuatrienio la amnesia se apodera de quienes ven en los políticos la solución a sus problemas económicos o la obtención de un puesto público que satisfaga su ego.

Sería interesante, curioso y, talvez, saludable saber el somnífero que inyectan los candidatos a sus víctimas, pues quienes apoyan a los aspirantes a puestos públicos no reciben nada o muy poco a cambio cuando los mismos son electos. Sin embargo, siguen fieles a éstos.

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