Homofóbicos: ¿víctimas de sí mismos?

El brutal asesinato de Daniel Zamudio, quien falleció en Chile el 27 de marzo tras ser atacado por un grupo anti-gay, no sólo conmocionó a su país natal, sino que generó una ola de repudio e indignación por todo el mundo.

Hechos graves como éste, que acabó con la vida de este joven de sólo 24 años, ocurren todos los días y en todos los rincones del planeta. La mayoría de ellos no son reportados o considerados sin importacia por la prensa. Pero la homofobia es un problema vivo y grave, y sus víctimas no son sólo miembros de la comunidad Lesbiana, Gay, Bisexual y Transexual (LGBT), sino que pueden ser heterosexuales erróneamente percibidos como gay.

Un ejemplo claro ocurrió aquí en Nueva York, con el caso del inmigrante ecuatoriano José Sucuzhañay, quien en 2008 recibió una golpiza por parte de hombres afroamericanos que lo confrontaron cuando iba caminando abrazado con su hermano. Los atacantes gritaron insultos homofóbicos contra José, al tiempo que lo golpearon sin misericordia con bates de béisbol hasta causarle la muerte.

Resulta que ni José, ni su hermano eran gay. Pero el trabajador ecuatoriano no escapó al grave e irreversible daño que puede causar la homofobia, no sólo a la víctima de este crimen de odio, sino a su familia y a toda una comunidad.

Por esta razón, sea usted gay, o no, lo invito a unirse hoy jueves 17 de mayo a la conmemoración del Día Internacional contra la Homofobia.

Este día se creó en 1990, cuando la Organización Mundial de la Salud excluyó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. A pesar de esto, actualmente más de 80 países en todo el mundo siguen criminalizando a personas gay condenándolas a prisión, e incluso a la pena de muerte.

Por suerte, en Estados Unidos los ataques contra personas gay sí son considerados crímenes de odio en la mayoría de los 50 estados, gracias a que en 2009 el presidente Barack Obama firmó la ley ‘Hate Crimes Prevention Act’.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer en este país para acabar con la homofobia, especialmente en las escuelas donde todos los días niños y adolescentes son acosados (‘bullying’) y atacados, por ser gay o simplemente por parecerlo. Las víctimas muchas veces caen en tal estado de desesperación y depresión que incluso llegan a suicidarse. Algunos son abiertamente gay, otros no.

Un reciente estudio médico, en el que participaron varias universidades reconocidas, reveló que la homofobia suele darse con más frecuencia en individuos que se definen como heterosexuales, pero que tienen una atracción por el mismo sexo no reconocida o reprimida. Según exámenes psicológicos, los heterosexuales que demuestran una fuerte atracción hacia el mismo sexo, pueden sentirse amenazados por personas gay porque les recuerdan algunas tendencias personales (o deseos sexuales) que tienen, pero que tratan de evitar o esconder.

Así que aquellas personas con actitudes homofóbicas que tienen un odio visceral contra los gay, deberían hacerse una autoevaluación, porque quizás están en guerra consigo mismas y se están reprimiendo para ocultar al exterior su propio conflicto interno. En otras palabras, podrían estar siendo víctimas de sí mismas.

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