Pintor amante del color se inspira en Queens

Nueva York – Arid Orozco nació en Farriar un pueblito en Yaracuy en el noroeste de Venezuela. Se mudó a Nueva York hace unos 13 años, ahora vive en Queens, donde tiene un acogedor estudio rodeado de lienzos y color, y donde el pintor explora su pasión por las artes.

“Vengo de un pueblito muy pequeño en Venezuela donde se hacen cultivos de la caña de azúcar. Mi mamá siempre estuvo envuelta en la cocina, pues trabajaba en los restaurantes de las haciendas azucareras. De ahí mi pasión por ser chef, pero con el tiempo descubrí que quería ser pintor. Así es como hago esculturas y pinturas que demuestran mi visión”, comenta Orozco, mientras muestra varias obras llenas de colores vivos.

“Estas pinturas son mi pueblo, mi cultura. Fui asistente de un optómetra en Caracas pero por cosas del destino me vine a Nueva York. Un amigo me dio el apoyo para entrar en las escuela de artes culinarias. Fue ahí donde me di cuenta que podía ser artista. Un día preparé un plan de negocios y como no sabía escribir bien el inglés, le puse mucho color. Todo el mundo quedó asombrado y así fue como empecé esta carrera en el arte plástico”, relata este latino emprendedor, cuyo trabajo por la mañana es de chef en un restaurante.

Así es como en su experiencia, ha laborado con varios chefs reconocidos, incluyendo el chef ejecutivo de prestigiosos restaurantes como Le Bernadin y también ha trabajado en la Misión de la República de Chile en las Naciones Unidas. Pero en las noches se dedica a llenar de color sus lienzos.

“Apenas me despierto comienzo a pensar en un color. Luego que hago ejercicios y me voy a trabajar regreso a mi casa para seguir pintando. Ya he realizado esculturas con yeso que adorno con flores y casi siempre dibujo un ave en mis pinturas que simboliza quien soy”, aclara.

“Mi inspiración viene cuando estoy haciendo ejercicios en el gimnasio, ahí practico capoeira y artes marciales. Esto me inspira para obtener ideas. También cuando camino en Queens, en mi barrio y veo tantas personas vestidas con colores diferentes. Un ejemplo son las mujeres hindúes que van vestidas con estos atuendos espectaculares, de ahí obtengo ideas para mis pinturas y los cuadros que hago incluyen estos colores”, asegura.

“La luz del amanecer en mi estudio me ayuda mucho también, me inspira mucho el sol y por eso me gusta levantarme temprano para poder disfrutar de esta hora del día y empezar a pintar”, confiesa mientras muestra sus pinturas con colores vibrantes y mucha vida.

“Al final del día, siempre he sentido que tengo un compromiso con mi país. Vengo de la tierra de los tambores, de donde nació el mito de María Lionza, y mi pueblo parece que hubiese salido de una novela de Gabriel García Márquez. No me puedo quejar de la vida tan maravillosa que tengo”, concluye.