Amigos favorecen el control de la obesidad

Tienen el potencial de producir cambios clínicamente significativos en su actividad física

Chicago.- Las redes de amistades, vinculadas a la obesidad en adultos y adolescentes, en el caso de los menores de edad tienen el potencial de producir cambios clínicamente significativos en su actividad física, concluyó un estudio.

El análisis, que difunde esta semana la Academia Estadunidense de Pediatría (AAP) en su revista Pediatrics, aseguró que el círculo de amistades de un niño en un programa después de clases influye en su actividad física y es un buen recurso contra la obesidad.

La investigación “La distribución de la actividad física en una red de amistad después de la escuela” fue encabezada por Sabina Gesell, de la Universidad Vanderbilt, de Nashville, Tennessee.

Para ella, recurrió al análisis de datos de 81 niños de cinco a 12 años de edad, de los cuales el 40 por ciento era afroestadunidense, 39 por ciento anglosajón y 19 por ciento latino.

Los niños participaron en un estudio de 12 semanas de un programa después de clases donde se examinó si los patrones de actividad física están influidos por el círculo de amistades que se construye.

En la evaluación se utilizaron los acelerómetros para medir la actividad física y una encuesta que determinó la red social de cada niño.

Los resultados mostraron que los menores no forman o disuelven amistades basados en la actividad física, pero las amistades existentes generan una fuerte influencia en el nivel de la misma, y los menores tienen seis veces más probabilidades de adaptarse a los niveles de la actividad de sus amigos.

La influencia más fuerte en la cantidad de tiempo que los niños dedican a la actividad física en estos programas después de la escuela, de moderada a vigorosa, fue el nivel de actividad de sus amigos más cercanos.

La investigación detectó que los niños siempre hicieron ajustes a sus niveles de actividad del 10 por ciento o más para emular los niveles de actividad de sus compañeros.

En cuestión de la obesidad hubo efectos directos de este padecimiento que fueron marginalmente significativos y relativamente pequeños en la actividad, mientras el género de los menores no tuvo ningún efecto directo sobre la actividad.

Estos resultados sugieren que los lazos de amistad juegan un papel relevante en el establecimiento de patrones de actividad física en niños de cinco a 12 años, los cuales pueden aumentar, disminuir o estabilizarse en función del nivel de actividad de su red social inmediata.

Por ello, los investigadores recomendaron realizar intervenciones basadas en esa red de amistades, durante un programa de 12 semanas después de la escuela, las cuales tienen el potencial de producir cambios clínicamente significativos en la actividad física de los niños y por consiguiente en sus niveles de salud.

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