Enfermedad de Lyme:más preguntas que respuestas

Reina el desconocimiento sobre este mal que afecta a NY

La enfermedad de Lyme es trasmitida por la picadura de una garrapata.

La enfermedad de Lyme es trasmitida por la picadura de una garrapata. Crédito: thinkstock

Nueva York – Hasta hace poco David Roth era un neoyorquino como muchos otros. A sus 45 años, el padre de tres hijas era un hombre trabajador y muy activo que iba al gimnasio cuatro o cinco veces a la semana. Pero un día todo cambio de repente, y para siempre. Roth comenzó a sentirse muy mal de salud y ni él ni sus doctores sabían lo que tenía.

“En mayo de 2010 me sentí un bulto en la parte de atrás del cuello e inmediatamente comencé a tener una serie de síntomas como de flu, sinusitis, dolor en el cuello y la espalda. No podía dormir, tenía sudoración en la noche y dificultad para respirar”, cuenta el ejecutivo de una firma de bienes raíces en Nueva York.

“También me dieron temblores internos en todo el cuerpo, dolor en el estómago, la cabeza y en los tendones de las rodillas y codos”, explica Roth, al recordar los meses previos antes de ser diagnosticado con la enfermedad de Lyme (Lyme Disease en inglés), una infección bacteriana multi-inflamatoria, que afecta la piel, articulaciones, órganos y el sistema nervioso.

“Pasaron cuatro meses antes de ser diagnosticado. En ese transcurso fui a muchos doctores tratando de identificar qué era lo que me estaba ocurriendo. Algunos dijeron que tenía un virus y otros pensaban que era algo mental. Tuve varios exámenes (de sangre) y uno vino positivo al Lyme”, indica.

El cuadro médico de este hombre fue parecido al que sufre la mayoría de los pacientes con esta infección causada por una bacteria llamada Borrelia burgdorferi, que es transportada por el venado, roedores como los ratones, ardillas y las aves. Las garrapatas infectadas de estos animales pueden transmitir la enfermedad de Lyme a seres humanos y a mascotas a través de su picadura.

Debido a la falta de conocimiento e información general que existe en torno a este mal, Roth se convirtió en activista y fundó la Alianza de Enfermedades Transmitidas por Garrapatas (Tick-Borne Disease Alliance), con el fin de crear conciencia sobre la misma.

“Como paciente es un reto muy grande obtener un diagnóstico correcto, y eso es una cosa terrible, porque estás tratando de buscar una respuesta mientras piensas que tienes otras enfermedades”, agrega Roth.

Según la doctora Claudia Machado Cooke, una internista especialista en la enfermedad de Lyme con clínica en Nueva York, hay mucha gente en la ciudad que están sufriendo síntomas crónicos y que no han sido examinadas por esta infección, por lo que no han sido identificadas.

“Mi consultorio está en Manhattan y algunas de las personas que veo actualmente y que están sufriendo de manera inexplicable de fatiga, dolor en los huesos y coyunturas, y síntomas neurológicos, les hago pruebas de sangre y un tercio de esos exámenes muestran evidencias de la infección de Lyme”, asegura la doctora Cooke.

“Cuando le digo a la gente sobre el alto porcentaje de pacientes con Lyme que veo en Manhattan se sorprenden, pero lo cierto es que todo el mundo pasa momentos fuera de la ciudad; van a las playas de Long Island, realizan excursionismo al norte del estado o tienen casas de campo en Connecticut o en Pensilvania”, agrega.

Uno de los mayores retos para diagnosticar a tiempo la enfermedad de Lyme, según la doctora Cooke, es el hecho de que mucha gente no siente -o no se da cuenta-, cuando son picados por las garrapatas infectadas.

“La erupción circular en la piel conocida como ‘bull’s-eye rash’, que es la manifestación más clásica de la enfermedad, no se presenta entre el 20 y 60 por ciento de las personas”, indica la especialista.

Por lo general, ante la ausencia del ‘bull’s-eye rash’ que deja la picadura del parásito, como le ocurrió a David Roth, la primera manifestación de la enfermedad es fiebre, dolor de cabeza y dolores musculares y en articulaciones.

“Yo tuve que ir a un doctor especializado en enfermedad de Lyme, quien me puso bajo tratamiento por un año con una variedad de protocolos médicos. Han pasado casi dos años y me siento mucho mejor, pero sigo teniendo síntomas”, señala Roth.

Otro problema -indica Roth-, es la ausencia de investigaciones médicas sobre esta enfermedad. “No se han hecho estudios profundos en el área de tratamientos y como pacientes no sabemos qué es lo que está pasando (…) Hay muchas más preguntas que respuestas”.

“Los exámenes que se han hecho en animales demuestran que la bacteria puede sobrevivir a los antibióticos, y hay mucha gente que sigue enferma. Se necesitan más investigaciones y debe haber mayor concientización, información, recursos, y un mejor diagnóstico, que sea efectivo y más barato”, exhorta el paciente.

No existe vacuna para la infección de Lyme, pero la doctora Cooke informa que si se trata de forma temprana y agresivamente, hay una gran posibilidad de curarla. Si el diagnóstico se da tarde, se convierte en un reto más grande y se pueden desarrollar problemas neurológicos, parálisis y daños permanentes. Cooke aconseja a los neoyorquinos afectados, buscar ayuda de un doctor que tenga experiencia en esta enfermedad.

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