Periodista no quiere alejarse de Colombia

Las FARC dejaron ir a Roméo Langlois, pero él dice que seguirá en las trincheras

El  francés Roméo Langlois ofreció ayer una rueda de prensa.

El francés Roméo Langlois ofreció ayer una rueda de prensa. Crédito: Notimex

BOGOTÁ, Colombia.- El periodista francés Roméo Langlois consideró ayer que la guerrilla de las FARC aprovechó su secuestro de 33 días para hacer política y aseguró que no se irá de Colombia donde vive desde hace 10 años.

Las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) “me cogieron de muñeco para hacer política”, aseguró Langlois, de 35 años, durante una extensa rueda de prensa en la embajada de Francia en Bogotá, un día después de que el grupo guerrillero lo entregó a una misión humanitaria en el sureño departamento de Caquetá.

Su plagio, dijo Langlois en un perfecto español, “fue un gol que metieron (las FARC) a costa mía” al Gobierno, que insiste en que se han reducido delitos como los secuestros.

Agregó que si bien ayer viajaría a París para reunirse con sus padres y demás familiares, no dejará Colombia porque, recalcó, aquí tiene su trabajo y sus mejores amigos. Entonces “no me puedo ir así”, enfatizó.

Añadió que el Ejército colombiano no fue el responsable de su secuestro y que el hecho de haber terminado el 28 de abril en medio de un combate entre militares y las FARC “fue un riesgo personal”. Por eso pidió que no haya represalias contra los militares y que eventualmente “no rueden cabezas” de los altos oficiales de las Fuerzas Militares.

Sobre el día en que cayó retenido por el grupo guerrillero, a fines de abril, Langlois recordó que tenía claro que el operativo de ese día no era uno más y que, después de meditarlo mucho, optó por ponerse un casco militar y un chaleco antiesquirlas. “No fue una decisión que tomé a la loca”, señaló.

Langlois explicó que durante el combate entre los militares y las FARC -en zona rural del municipio de La Montañita, en Caquetá, y a unos 385 kilómetros al suroeste de Bogotá- su vida estuvo en peligro, aunque reconoció que no era la primera vez que como periodista estaba en una situación complicada.

Hizo hincapié en el profesionalismo con que los militares lo cuidaron hasta el último momento, antes de ser herido con arma de fuego en su brazo izquierdo. En pleno combate, dijo, un militar le sugirió que cogiera un fusil y se defendiera, pero él respondió con respeto que no era un combatiente sino un periodista. “Qué pena” porque usted tiene razón, dijo Langlois que le dijo el militar.

Durante unos tres minutos siguió grabando con su cámara en video el enfrentamiento y de pronto vio que su vida sí estaba en verdadero peligro. “Hermano, yo me abro (o me voy) de este parche (o de este situación)”, le dijo Langlois al militar que tenía a su lado.

Advirtió que no es cierto que en medio del combate, y para salvar su vida, corrió hacia los guerrilleros. En realidad, agregó, los guerrilleros lo capturaron y salvó su vida porque tuvo tiempo de decirles: “Soy civil, soy civil, soy periodista, no traigo armas”.

Los rebeldes verificaron que no tenía armas y Langlois alcanzó a decirles que necesitaba “atención médica urgente”. Le dijeron que respetarían su vida. Se lo llevaron en pleno combate y de pronto, en medio de las balas que venían desde las naves de la Fuerza Aérea, miró su brazo y pensó con optimismo: “Voy a vivir”.

Si bien hoy cree que los militares hicieron lo que tenían que hacer aquel 28 de abril, el combate era complicado porque “se enfrentaron con una guerrilla que estaba en su casa”.

Langlois repitió que, sin poder dar detalles, tenía en su poder una carta para el recién posesionado presidente francés Francois Hollande, pero advirtió “que no hay nada nuevo” que no se sepa sobre la postura rebelde en torno a la paz.

Las FARC, dijo, quieren que muchos países, sobre todo europeos, intervengan o sirvan de facilitadores en una eventual negociación con el gobierno.

Respecto de las críticas que el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) le hizo la víspera sobre una aparente simpatía suya con las FARC, Langlois dijo que el exmandatario “me tiene rabia por una pregunta que le hice” hace algunos años para un reportaje cuyo tema no precisó. “Yo no tengo ninguna afinidad con la guerrilla… No me identifico para nada con la guerrilla”, subrayó.

Langlois, colaborador independiente de la televisora France24 y el diario Le Figaro, dijo que, pese a que sabe que sus declaraciones pueden generar polémica, en muchas partes de Colombia los campesinos sienten afecto por la guerrilla y a veces funge como “un gobierno paralelo”.

Las FARC, surgidas en mayo de 1964, cuentan con unos nueve mil miembros y es descrita como la guerrilla activa más antigua de la región. La Unión Europea y Estados Unidos la consideran una organización terrorista.

El periodista galo realizaba un reportaje sobre el combate a las drogas y acompañaba a una unidad militar y policial en labores de destrucción de laboratorios clandestinos de cocaína cuando se produjeron combates con las FARC en Caquetá. En el choque murieron cuatro uniformados y Langlois resultó herido.

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