Johan Santana ya es una leyenda

El pitcher venezolano Johan Santana saluda a los aficionados que acudieron ayer a presenciar el segundo juego entre los Mets y los Cardenales de San Luis.

El pitcher venezolano Johan Santana saluda a los aficionados que acudieron ayer a presenciar el segundo juego entre los Mets y los Cardenales de San Luis. Crédito: AP / Kathy Kmonicek

NUEVA YORK/AP – Johan Santana entró a la sala de operaciones el 14 de septiembre del 2010 para reparar un desgarre en la cápsula anterior de su hombro izquierdo y seguramente sabía lo que afrontaba.

Ese tipo de cirugía sólo se ha practicado a un puñado de lanzadores y la opinión generalizada era que se le consideraba como una sentencia de muerte. Bret Saberhagen tuvo un par de temporadas efectivas tras ser el primero en someterse a la misma en 1996. Pero Mark Prior y Chien-Ming Wang sobresalen entre quienes no han podido regresar con consistencia.

La fecha era el 1 de junio de 2012. Los Cardenales de San Luis, los rivales. El estadio Citi Field en el condado neoyorquino de Queens, como el escenario. A las 9:49 de la noche, en el juego número 8,020 en los 51 años de existencia de los Mets de Nueva York, el venezolano tiraba un cambio de velocidad, de 78 millas por hora, para que David Freese se ponchara con un swing perdido.

Era el primer juego sin hits en la carrera de Santana, cuya cita con el Salón de la Fama es inexorable. También era la primera vez que alguien tiraba semejante proeza en la historia de los Mets.

Una secuencia de eventos que simplemente era imposible de concebir hace tres meses, cuando se dudaba que Santana fuera a estar listo para lanzar en el primer partido de la temporada regular.

“He tenido que pasar por tantas cosas estos dos últimos años, tanto trabajo y esfuerzo. Pero nunca me rendí. Siempre luché para poder volver. Me siento bendecido por poder vivir este momento tan especial”, dijo Santana.

El mismo Santana se refirió a las “muchísimas interrogantes” que le acompañaron desde el arranque de los entrenamientos de primavera sobre si sería la clase de pitcher que ganó dos premios Cy Young.

“Es algo que no lo sabía entonces y aún no lo sé. Pero lo único que puede decir es que siempre salgo a competir”, afirmó el zurdo venezolano.

De las numerosas imágenes inolvidables del juego, resalta la expresión nerviosa del compungido manager de los Mets, Terry Collins.

Fue Collins quien horas antes había dicho que el límite de pitcheos de Santana no podía pasar de entre 110-115 lanzamientos. Santana acabó tirando 134, por encima de la máxima cantidad en su carrera, 125 contra los Cachorros de Chicago el 23 de septiembre del 2008.

Ayer Santana dijo que su hombro se sentía bien. “Los próximos días serán importantes para ver cómo me recupero y, si tenemos un día extra (de descanso), pues no hay nada de malo con eso”. manifestó.

Collins no tuvo otro remedio que dejar a Santana en el montículo para culminar la faena aun arriesgando el hombro.

Con la voz entrecortada, Collins dijo que “no podía sacarlo”.

“Se dijeron muchas cosas, pero de esto se trata: salir de una operación, que se te diga que no podrás volver, que su carrera estaba terminada. Y si vuelve, que será un pitcher del montón. Otro más que se operó, que seguirá lanzando para seguir cobrando mucho dinero”, añadió Collins.

Collins resumió mejor que nadie las virtudes de Santana, el gladiador por excelencia: “Lo que le permitió alcanzar este nivel es lo que les demostró. Se tiene una fe enorme en si mismo y en su capacidad. Nunca se rinde, nunca. Dijo que volvería y lo hizo”.

Y Santana no estuvo brillante durante el transcurso de la noche, concediendo cinco boletos. De los 134 pitcheos, 77 fueron strikes.

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