Víctor Cruz

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Crédito: AP / Eric Gay

Poco tiempo necesitó Víctor Cruz, por cuyas venas corre sangre puertorriqueña, para convertirse en un ídolo. El receptor de los Giants de Nueva York, de 25 años, apenas en su segunda temporada –la primera completa en la NFL– se coronó campeón del Super Bowl.

Pero su popularidad comenzó meses antes, debido a su forma singular de celebrar los touchdowns: bailando salsa.

Sin embargo, el ascenso al estrellato para este joven jugador de fútbol americano nacido en Paterson, New Jersey, no fue fácil.

Sin ser seleccionado en el ‘draft’ de la NFL en el 2010, el hijo de madre puertorriqueña nacido el 11 de noviembre de 1986, tuvo que trabajar fuerte para demostrar que merecía una oportunidad. La determinación de Cruz tuvo su recompensa cuando los Giants le firmaron como agente libre.

Su primera temporada no fue lo que se esperaba. Tras jugar los tres primeros partidos, sin registrar ninguna atrapada, una lesión en la pierna lo marginó por el resto de la campaña.

El resto fue historia. Con sus 1,536 yardas en recepciones Cruz impuso un nuevo récord para la franquicia y ayudó a los Giants a ganar el Super Bowl XLVI.

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