Fiebre de fiesta arropa a los Boricuas

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Crédito: Fotos: Gerardo Romo

Para los boricuas en El Barrio, las preparaciones para la celebración del Desfile Nacional Puertorriqueño comenzaron temprano en la semana.

La calle 116 se vistió de rojo, blanco y azul con vendedores ambulantes, quienes hicieron su agosto vendiendo mercancía que trajeron de Puerto Rico, desde banderas, gafas, camisetas y cadenas hasta llaveros, maracas y jerseys deportivas. La vestimenta parece ser lo más importante para los puertorriqueños.

“La camiseta es lo más importante”, comentó Abel Claudio, quien se encontraba con su esposa Carmen comprando lo necesario antes del desfile. En su lista no podía faltar la bandera y una camiseta con la monoestrellada.

Víctor Cuevas, empleado de El Barrio Music Center, recibía a las personas que entraban a la tienda, ubicada en la calle 116 y cuarta avenida, al son de la salsa, que retumbaba en las bocinas que tenía en la calle. Aprovechando que esta es la semana del desfile, la tienda también vendía souvenirs que incluían dulces típicos y la pava.

“Aquí tenemos de todo”, dijo Cuevas. “Es como ir a Puerto Rico estando en Nueva York”. En la tienda de música se encontraba Chemón Cruz, quien prefiere celebrar su puertorriqueñidad escuchando a sus artistas favoritos: Frankie Ruiz y El Gran Combo. “Sin salsa no puedo vivir”, declaró Cruz.

Para Gerardo Cruz Soto, el desfile puertorriqueño es una ocasión para compartir con su familia. “Me gusta estar con mis hijos y con mis nietos. A ellos, que nacieron aquí, les tengo que enseñar la cultura puertorriqueña”, comentó Cruz, natural del pueblo de Mayagüez.

La comida es otro elemento que une a los boricuas en Nueva York con la isla. Con sus gafas decoradas con la bandera de Puerto Rico, Miguel Pastrana, quien vendía souvenirs en la Tercera Avenida, destacó que esta semana se iba a dar el gusto de comer sus platos favoritos: arroz con gandules, pernil y pasteles. En el restaurante Sabor Puertorriqueño, en la calle 122, el chef José Galarza ya se estaba preparando para formar parte del festival de la calle 116, que desde hace 27 años se ha celebrado el sábado antes del desfile.

“Estoy haciendo muchos pasteles, mucha alcapurria, todo lo típico,” dijo el chef. “Este va a ser el único menú del sábado”.

Los autos no se quedan atrás, y los boricuas se encargan de lucirse con las decoraciones para vehículos. Edwin Morales, ha caminado esta semana en su auto decorado con una bandera puertorriqueña en el capot. Morales participará del desfile junto a “Los bandoleros con clase”, club de autos al que pertenece.

Ya sea con la música, la ropa, la comida y hasta los autos, los puertorriqueños en Nueva York muestran con orgullo de donde vienen.

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