En México, amenazas por decir la verdad

Decir la verdad en México te puede costar la vida. Ahí están los más de 50 periodistas asesinados desde el 2000 a este año. Y ahí están, también, el sacerdote Alejandro Solalinde y los estudiantes del movimiento ‘YoSoy132’ que se la están jugando al decir cosas que, hasta ahora, habían callado millones de mexicanos.

Al padre Solalinde lo entrevisté en Miami. Acababa de salir de México, encubierto, luego que se descubrieran varias amenazas de muerte en su contra.

¿Quién lo quiere matar?, le pregunté.

“Las mafias, políticos corruptos; están enojados”, me dijo. “Estamos estorbando intereses muy fuertes, no solo del narcotráfico, sino también de políticos que se han acostumbrado a la corrupción”.

Cerca de 300 mil inmigrantes centroamericanos cruzan México cada año con destino a Estados Unidos. Muchos son robados, secuestrados o violados. Pero el padre Solalinde ha protegido de narcotraficantes, “coyotes” y políticos a miles de inmigrantes que pasan por su refugio ‘Hermanos en el Camino’ en Oaxaca. Por eso lo quieren matar.

Porque incomoda. Mucho.

“Las amenazas son porque políticos pagaron por mi cabeza”, denunció.

¿Cuánto? “Muy poquito”, me dijo con una sonrisa. “Cinco millones de pesos (o poco más de 350 mil dólares)”.

A pesar de las amenazas, el padre Solalinde tiene planeado regresar a México cuando termine una gira de un par de meses por Estados Unidos y Canadá.

“Yo nunca me he quedado callado”, me dijo. Lo que más le preocupa es no seguir su misión protegiendo a los inmigrantes centroamericanos. “Eso me daría vergüenza”.

Pero Solalinde no es ingenuo. Durante siete años ha apuntado todo, todo – nombres de políticos y narcos, las amenazas que le han hecho, cómo, la gente que lo critica – en unas 50 libretitas. Durante la entrevista no se desprendió de una de ellas. Si alguien le hace algo, el nombre del responsable podría estar en esas libretitas.

Los estudiantes del movimiento ‘Yo Soy 132’ no usan libretitas sino teléfonos celulares y computadoras. Pero también están siendo amenazados. ¿Por qué? Porque se atrevieron a pegarle a todos los de arriba, empezando con las dos principales televisoras y con el candidato que todavía va de puntero en las encuestas.

En concreto, acusan al candidato priísta, Enrique Peña Nieto, de manipular la elección presidencial utilizando dineros públicos durante años para la compra multimillonaria de espacios y periodistas en los medios de comunicación.

Durante una visita a la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, Peña Nieto fue abucheado por un grupo de estudiantes. Su partido político, el PRI, y la cadena de televisión Televisa, junto con otras empresas de medios en México, informaron que los manifestantes no eran estudiantes sino agitadores enviados por un partido rival.

Pero en un vídeo publicado en YouTube, 131 manifestantes mostraron sus credenciales de estudiantes y así surgió el movimiento ‘Yo Soy 132’.

Este movimiento le quitó el teflón a Peña Nieto – a quien no parecían afectarle sus múltiples errores – y ahora ya está cayendo en las encuestas.

Desde 1968 no surgía en México un movimiento estudiantil que atacara de una forma tan contundente el status quo.

Todo este movimiento comenzó en la Universidad Iberoamericana, donde yo estudié. Y eso me llena de orgullo. En la parte de arriba de mi título universitario dice: “La verdad nos hará libres”.

Y eso es exactamente lo que está haciendo el padre Solalinde y los universitarios mexicanos; a pesar de las amenazas, están diciendo la verdad para que México cambie.

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