Confusión sobre estado de salud de Mubarak

Foto de archivo del expresidente egipcio Hosni Mubarak cuando fue llevado en cama a una audiencia en la corte en septiembre del 2011.

Foto de archivo del expresidente egipcio Hosni Mubarak cuando fue llevado en cama a una audiencia en la corte en septiembre del 2011. Crédito: ap

Jerusalén/Notimex – El estado del ex presidente egipcio Hosni Mubarak pasó ayer de una situación de muerte clínica anunciada a una de extrema gravedad, sin que se sepa con certeza cuál es la situación de salud de quien dirigiera el país durante tres décadas.

Fuentes oficiales que citaron la cadena estadounidense CNN anunciaron que Mubarak, de 84 años, había tenido que ser trasladado a un hospital próximo a la prisión en la que se encuentra debido a un fallo generalizado de sus sistemas vitales que le causaron un coma.

El portavoz del Ministerio del Interior egipcio, Ala Muhamad, especificó a ese medio que en los últimos días la salud del expresidente, condenado la semana pasada a cadena perpetua, se había deteriorado en relación con el veredicto judicial.

Mubarak fue detenido el año pasado acusado de cargos de corrupción y por su responsabilidad en la muerte de más de 800 personas que se rebelaron contra su régimen en la Primavera Arabe, y la semana pasada un tribunal lo declaró culpable en relación con el segundo de los delitos.

Fuentes de seguridad egipcias señalaron que los médicos de la prisión de Tora llegaron a emplear en dos ocasiones desfibriladores cardíacos para reanimar al expresidente.

Las informaciones apuntaban también que sus dos hijos, Gamal y Ala, exonerados de culpa en el mismo juicio que su padre, solicitaron a la justicia egipcia permanecer a su lado, petición que les fue denegada.

En la misma línea, distintos medios egipcios dieron casi por muerto a su exlíder, en un baile de informaciones a la que el portavoz del Interior agregó un poco más de leña cuando en entrevista con la BBC declaró que el estado era grave pero no estaba en coma.

El expresidente, que sufre un cáncer, problemas cardíacos y hasta una depresión ocasionada por su deposición del poder, estaría en estos momentos en una situación “crítica pero estable”, con síntomas de alta tensión y dificultad respiratoria.

La confusión comenzó en los últimos días a raíz de declaraciones de funcionarios de prisiones sobre que sólo se alimentaba de yogurt y líquidos y que perdía el conocimiento.

Medios egipcios publicaron hace dos días que el presidente depuesto había solicitado a su mujer, en una visita a prisión, que sea enterrado junto a su nieto fallecido Muhamad, hijo de Ala y quien murió hace tres años.

La posible muerte de quien gobernó Egipto de 1981 a 2011 es motivo de preocupación en la cúpula militar que dirige el régimen, que en los últimos días ha estado estudiando posible alternativas para su funeral.

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