Mantienen misterio en asesinato de hispana

Creman restos de Michelle de la Cruz quien fue baleada por su pareja que se suicidó.

Sagrario García sostiene la foto de su prima Michael de la Cruz, quien asesinada por su pareja el pasado 13 de junio. Los motivos siguen sin conocerse.

Sagrario García sostiene la foto de su prima Michael de la Cruz, quien asesinada por su pareja el pasado 13 de junio. Los motivos siguen sin conocerse. Crédito: JOSÉ A. RIVERA / EDLP

Nueva York – Carismática, servicial y cariñosa es como describieron a Michelle de la Cruz al darle el último adiós en una funeraria de Manhattan.

De la Cruz, de 26 años, fue asesinada de dos disparos, por su pareja -Sergio Azcona- el pasado miércoles 13 de junio alrededor de la 1:00 a.m., en la habitación que el agresor rentaba en el 189 de la avenida Audubon en Washington Heights. Azcona se suicidó poco después de cometer el crimen.

“Ella era una persona carismática, servicial y cariñosa “, dijo Ana Enrique, una prima con la que estuvo compartiendo en sus vacaciones en la República Dominicana un mes antes del trágico incidente.

Ningún familiar quiso hablar de la relación que la víctima sostenía con el agresor, ni de los hechos que fueron catalogados por líderes comunitarios y funcionarios electos como un caso más de violencia doméstica.

“La última vez que la vi fue en la boda de hermana en septiembre, pero nos comunicábamos seguido”, dijo Sagrario García, otra prima de la víctima, quien agregó que a pesar de su corta edad, Michelle era una mujer muy madura y responsable.

García indicó que conocían a Azcona por muchos años porque en la adolescencia vivía en el mismo edificio de una tía y que la pareja había sostenido una relación, pero que no había sido nada oficial. También aclaró que Michelle no tenía hijos, ni con Azcona ni con ninguna otra persona. De la misma forma, Yanina Couscou, una prima que viajó desde España para darle el último adios a Michelle, recuerda que la semana anterior a lo sucedido, habían hablado por teléfono y le sorprendió que le dijera: “Te quiero mucho”, porque -segun explicó- ella no era muy expresiva.

“Le gustaba aparentar que era de fuerte carácter, pero en verdad era una persona muy sensible y súper dulce. Hablamos de nuestra infancia y recordamos una canción que cantábamos de pequeñas”, añadió Couscou.

Con un velo blanco y algunos peluches pequeños reposaba ayer el cuerpo de Michelle dentro del ataúd en la funeraria Ortiz, del Alto Manhattan. Sus restos fueron cremados y sus cenizas serán enviadas hoy al país de sus padres, República Dominicana, donde se encuentra su progenitor, quien no pudo viajar a Nueva York, según se informó.

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