Sigue siendo una estrella

NUEVA YORK.- Llegar a los 82 años no significa que Christopher Plummer baje de ritmo. De hecho, parece estar pisando el acelerador.

“Nunca he trabajado tanto como ahora y creo que es maravilloso”, dijo el actor de más edad en ganar un premio Oscar. “Me mantiene alerta y joven. Mantiene funcionando mi memoria”.

Plummer acaba de presentar la versión en cine de su actuación teatral en The Tempest . En los próximos meses, su papel en Barrymore llegará a las pantallas del mundo.

Trailer de Begginners

Entre una y otra presentación se sincerará en el escenario. Este mes presentará A World or Two, un monólogo autobiográfico sobre sus escritores favoritos en el Festival de Shakespeare en Stratford, Canadá.

“Es una celebración de la lengua, así lo considero, y es sobre cómo el arte me influyó desde que era muy joven y durante toda mi vida”, dijo Plummer. “En cada década hubo poetas y escritores de prosa que me han influido”.

Plummer mencionó algunos de ellos, como Stephen Leacock y A.A. Milne, así como Ben Jonson, Ogden Nash y Rudyard Kipling. El espectáculo, que Plummer ha presentado en funciones de beneficencia, ha sido modificado bajo la dirección de Des McAnuff, el director artístico del festival de Stratford.

“De alguna manera pasa por toda mi vida, desde mis intereses en el amor y la edad adulta hasta la muerte, y de regreso al inicio para completar el ciclo”, dijo Plummer.

“Es muy personal. Estoy un poco asustado de que sea demasiado personal, pero creo que nunca es demasiado”.

Plummer ha disfrutado de gran vivacidad en esta avanzada etapa de su carrera, en la que ha recibido sus dos primeras nominaciones al Oscar en los últimos tres años. Este año ganó el premio de la Academia por su papel como Hal Fields en Beginners, un jubilado que se declara homosexual a su hijo después de la muerte de su esposa con la que estuvo casado 44 años.

Ahora dos de sus papeles teatrales llegarán al cine. En The Tempest, que fue grabada en vivo durante dos días a mediados de 2010 por McAnuff en el Festival de Stratford, y su papel en Barrymore, una obra de dos personajes que explora la vida del actor John Barrymore, por la cual Plummer obtuvo su segundo Tony en 1997.

“Él es una fuerza de la naturaleza, es la misma tempestad”, dijo McAnuff. Ambos han sido amigos y colaboradores desde hace años, y McAnuff sigue sorprendido por la energía que Plummer proyecta. Justo después de que ganó el Oscar, McAnuff llamó a Plummer para felicitarlo, pero el actor sólo quería hablar sobre su monólogo. “Tiene un apetito insaciable por el trabajo duro y por la creatividad”, afirmó.

La ironía es que Plummer siempre ha sido reacio a permitir que sus presentaciones en el teatro sean grabadas, fuera de los videos de archivo.

“No me gusta porque resulta muy frío. Hay una barrera entre tú y el público que la pantalla impone siempre, por lo que suele perder mucho de su inmediatez. No estoy de acuerdo en grabar una obra simplemente como es”.

En cambio, The Tempest y Barrymore fueron más que una filmación con una cámara frente al escenario. En la obra de Shakespeare, que Plummer define como la más cinematográfica del escritor, las cámaras descienden en picada sobre el escenario creando encuadres cerrados y abiertos.

En Barrymore, que se filmó durante siete días en el Teatro Elgin de Toronto y sus alrededores, el director y el adaptador Erik Canuel usaron un teatro vacío para algunas escenas y filmaron otras en callejones. Plummer dijo que la pieza genera más risas frente al público, pero que es más emotiva en pantalla.

El actor, popular por filmes como The Sound of Music y The Man Who Would Be King, está complacido con ambas, a pesar de que le gustaría haber tenido más tiempo con cada una.

“Creo que el cine les hace justicia a las dos. Barrymore es más cinematográfica, pero parte de la magia llega muy bien con The Tempest”.

En cuanto a su propia magia, Plummer espera que siga fluyendo. Se ríe ante todas las fiestas y elogios que le han dado recientemente. “Creo que es porque me estoy volviendo viejo. Como que dicen ‘se lo tenemos que dar ahora o si no va a morir’, creo que hay algo de culpa”.