La Olimpiada está más cerca

Londres presume su glamour a 29 días del arranque de la justa veraniega

Unos gigantes aros olímpicos, que se retractarán para permitir el paso de los barcos grandes, son vistos en el Puente de Londres desde ayer.

Unos gigantes aros olímpicos, que se retractarán para permitir el paso de los barcos grandes, son vistos en el Puente de Londres desde ayer. Crédito: AP

LONDRES (AP).- Londres comenzó ayer la cuenta regresiva a menos de un mes de la inauguración de su Olimpiada.

Cinco aros olímpicos gigantes fueron colocados en el famoso Puente de Londres que cruza el Río Támesis.

El alcalde de Londres, Boris Johnson, dirigió la instalación de los aros desde una barcaza en el río.

La fusión de un símbolo de Londres como el puente, considerado como la entrada a la ciudad, con los aros olímpicos es una señal de que la ciudad está lista a un mes de los Juegos.

La olimpiada se realizará del 27 de julio al 12 de agosto.

Los aros, de 25 metros de ancho y 11.5 metros de alto, son parte de los esfuerzos por arropar la ciudad con símbolos olímpicos antes de las competencias.

El trío de rock británico Muse estrenó ayer “Survival”, la canción oficial de los Juegos Olímpicos de Londres.

El tema, que sonará durante los juegos del 27 de julio al 12 de agosto mientras los atletas entran a los estadios y antes de las ceremonias de entrega de madallas, debutaba en la radio de la BBC.

La canción fue escrita con la olimpiada en mente y “expresa un sentido de convicción y determinación para ganar”, dijo el vocalisa Matt Bellamy.

Muse se formó en 1994 y ha vendido 15 millones de copias de sus cinco discos de estudio.

El mes pasado el trío llevó la antorcha olímpica a través de su ciudad de Teignmouth en el sur de Inglaterra como parte del recorrido de la llama a los Juegos.

En Barcelona, al acercarse los Juegos Olímpicos de Londres, los operarios trabajan contrarreloj en la puesta a punto de las instalaciones, los atletas ultiman su preparación, los comités olímpicos evalúan delegaciones, los medios de comunicación planifican su cobertura y el profesor David Cowan piensa en cómo garantizar al máximo una cita libre de tramposos.

Lo hace desde un flamante laboratorio antidopaje localizado en la localidad de Harlow, en el oeste británico.

Ahí, junto a un millar de colaboradores, analizará los controles de más del 50% de los atletas participantes: unos 6,250 entre muestras de sangre y orina, superando la cifra de 4,470 de la pasada edición en Beijing.

“Tenemos la mejor tecnología y podemos detectar sustancias prohibidas mucho más rápido”, proclama Cowan, coordinador de una ofensiva que incluirá controles aleatorios, así como a todos los medallistas.

El moderno centro de operaciones abandera la sempiterna lucha de la Agencia Mundial Antidopaje contra lo que el presidente de la Comisión Médica del COI, Arne Ljunqvist, describe como “problema creciente de salud pública, especialmente entre la generación joven, proclive al uso de sustancias dopantes”.

Como los demás implicados en la lucha antidopaje, Ljunqvist alabó “las mejoras técnicas en los laboratorios, que nos permitirán analizar una muestra de EPO en 20 minutos en lugar de 24 horas”.

Pero el propio presidente del COI, Jacques Rogge, advirtió en mayo pasado que “no debemos ser ingenuos: aunque hemos hecho todo lo humanamente posible para minimizar la amenaza del dopaje, siempre ha habido positivos en los Juegos desde que iniciamos controles”.

Rogge, que compitió en vela en tres Juegos consecutivos, explicó que “el atleta hace trampas porque cree que los demás también lo hacen. Está incrustado en la naturaleza humana”.

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