El universo de Demián

Demián Bichir conversa sobre su carrera y su más reciente papel en 'Savages'

Los Ángeles – Una simple nominación al Oscar es lo que sirvió al mundo para descubrir finalmente a Demián Bichir.

Por supuesto, antes de ser candidato al Premio de la Academia por ‘A Better Life’ –estatuilla que terminó en manos de Jean Dujardin por ‘The Artist’–, ya era notablemente popular en su México natal y en otros países de habla hispana.

Al fin y al cabo, su carrera empezó cuando era tan solo un adolescente –en telenovelas como ‘Rina’ o ‘Vivir enamorada’–, siguió al actuar en filmes como ‘Sangre, pudor y lágrimas’ o ‘Bendito infierno’, y antes de ‘A Better Life’ ya había entrado en el mercado internacional gracias su papel de Fidel Castro en ‘Che’ y a su intervención en la serie ‘Weeds’.

Pero los meses de promoción de su nominación fueron decisivos y han dado a su carrera –y a su vida– un giro radical.

A pesar de eso, Demián Bichir sigue siendo… el Demián Bichir de siempre.

Es un placer establecer una conversación con él, obtener su perspectiva de cualquier tema y tratar de averiguar hacia dónde dirigirá una trayectoria artística cuyos únicos límites él mismo se establecerá.

Mañana estrena ‘Savages’, la curiosa (y violenta) cinta de Oliver Stone en la que se adapta el libro de Don Winslow, en el que dos traficantes de marihuana californianos (Aaron Johnson y Taylor Kitsch) se enfrentan a un cartel mexicano liderado por una mujer (Salma Hayek). Todo ello visto a través de los ojos de la joven (Blake Lively) que comparte su vida con los dos primeros en un fascinante triángulo amoroso y sexual.

Bichir da vida a Alex, mano derecha de esa “reina del sur” tan peculiar a la que encarna Hayek.

Vaya reparto… La combinación de actores, estilos, procedencias es considerable. ¿Tienes un botón donde te modulas a ti mismo?

Efectivamente, hay actores de diferentes escuelas y diferentes “backgrounds”. Solo un director de orquesta de la calidad de [Oliver Stone] puede poner a todos los músicos en el mismo tono y tocar la misma obra. Eso es fascinante como espectador. Yo, desgraciadamente, no tuv e oportunidad de verlos a todos en acción. No tuve escenas con John Travolta, por ejemplo, que me hubiera encantado. Tuve solo una con Salma Hayek… Básicamente, en tres meses de rodaje yo filmé siete días. Fue muy poco… A mí me gusta mucho el fútbol, pero no me gusta jugar solo siete minutos. Me gusta jugar el partido completo. Me quedé con las ganas de verlos todos en acción.

El guión es muy “oliverstoniano”: camina por un límite entre la farsa y la realidad, la crudeza y la comedia.

¿Cómo caminaste por ese límite?

Tengo que empezar por decir que sí, la novela de Don Winslow está hecha a la medida de Oliver Stone. Su cine es salvaje. La película que haga es salvaje. Pero esta, no solo por el título, sino por la trama y la forma de haberse escrito, está hecha a su medida. Yo veo una película salvaje pero hermosa. Brutalmente bonita. Transitar por ese margen es una de las cosas que a la mayoría de actores nos seduce muchísimo. Es algo que busco constantemente. Yo digo sí a los proyectos cuando no sé qué hacer con ellos. Cuando sé que va a ser difícil, cuando hay un reto interesante. Sí, puede ser que de pronto sacarle la risa al espectador en situaciones tan crudas puede ser peligrosos…

… Y es un director que sabe sacar un provecho extraordinario de actores que están infravalorados, como en este caso Salma Hayek.

Totalmente de acuerdo. Es uno de los mejores trabajos de Salma. Pero no lo puedes lograr si no tienes un director estricto. Oliver Stone no deja una sola pelusa sin estorbar. Ninguna toma se considera hecha si no está como queremos todos. Y eso es una maravilla, es un lujo para cualquier actor, tener esa seguridad, porque habrán proyectos en donde te vas a tu casa pensando: “¡La madre! Creo que no quedó. Ojalá pudiéramos hacer [la escena] de nuevo”. Con Oliver no pasa eso. Tampoco pasa con Steven Soderbergh [Che] o con Chris Weitz [A Better Life]…

Tu personaje es tan encantador como perturbador. ¿Es ese el secreto de un buen vilano?

[Risas] Eso dicen: que así es el diablo. Sin embargo, Alex es, de alguna manera, el brazo noble de esta organización [cartel]. Es quien redime a todos ellos…

¿No crees que esa situación que se vive en México es un microcosmos de lo que se vive en el mundo?

Sin la menor duda. El problema es que la crisis que tenemos en el mundo tiene diez o quince años. Pero la crisis que los mexicanos tenemos lleva 92 años… Y si vas hacia atrás, 100 años desde la Revolución y 200 desde la independencia… Y no han cambiado mucho las cosas. ¡Ese es el grave problema!

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