Inseguridad y crisis afectan viajes entre Houston-México

Pasajeros y algunas líneas de autobús en la Ciudad Espacial reconocen una baja en los viajes por causa de la inseguridad en territorio mexicano, aunque otros consideran que la situación ha mejorado

Varias líneas de autobús viajan de Houston a ciudades de México.

Varias líneas de autobús viajan de Houston a ciudades de México. Crédito: Marco Graniel / Especial para RUMBO

HOUSTON – El incremento de la inseguridad y la violencia en México por la guerra contra el narcotráfico y la actividad del crimen organizado ha afectado muchos sectores de la economía, incluso en Estados Unidos.

En Houston, el transporte por autobús a México es una industria que ha variado junto con la situación económica y las condiciones de inseguridad y violencia en la frontera entre México y Estados Unidos y en territorio mexicano. Se ven terminales cerradas, como la de El Cadete Auto Transports, y de nuevas compañías que sólo ofrecen servicio a dos ciudades una vez por semana.

Según Carlos Chávez, de la línea Autobuses Sin Frontera, “actualmente la mayoría de la transportación esta orientada hacia el negocio. Ha habido una gran disminución en la industria. Aunque compañías no lo quieran decir, yo estimaría que el flujo de tráfico ha bajado 25% en general y entre 15% a 20% en las temporadas vacacionales. La gente solía ir y venir cada fin de semana de Monterrey a Houston. Ahora ya no”.

Chávez explica que “la gente teme a los carteles [del narcotráfico]. Ellos [los viajeros] están al pendiente de las noticias y de ahí se informan cuando es prudente viajar”.

Los efectos de esa inquietud se palpan a ambos lados de la frontera. “Muchas líneas de autobús han cambiado rutas y algunas hasta han dejado de ir a Roma, Texas, [ciudad fronteriza con México] por la situación. Por ejemplo, la ruta mas rápida para ir a Monterrey es por Miguel Alemán, pero ahora esa ruta es casi inexistente”, informa Chávez.

Hugo Valadez, gerente general de la central en Harrisburg de la línea Turimex, admite que “el año pasado estuvo crítico”. Pero asegura que “ahora está mas tranquilo. El flujo se ha incrementado en temporadas vacacionales”.

Incluso, Eduardo Casillas, gerente general de Autobuses Ejecutivos-Houston, terminal ocupada anteriormente por Autobuses Adame, niega que el negocio haya disminuido. “El numero de pasajeros transportados se ha incrementado más de 35%, lo cual indica que la gente tiene confianza. Se siente la presencia del ejército [en México]”, comentó Casillas.

Sin embargo, algunos mexicanos y méxicoamericanos que residen en Houston simplemente han dejado de viajar a México por completo. Las noticias truculentas de fosas con decenas de muertos y muertos colgados de puentes desalientan a mucha gente a viajar, y mucho más a hacerlo por carretera.

“Solía viajar a Monterrey por autobús cada Navidad. Pero ya tiene cuatro años que no voy y no pienso ir”, dice Luis Estrada, empleado del restaurante La Luz, ubicado dentro de la central de Autobuses Ejecutivos en Houston. “El restaurante ha estado bastante lento y cuando tenemos clientes siempre nos preguntan cómo está la situación allá. En realidad, no les sé responder más que por lo que dicen las noticias”, cuenta Estrada.

Roxana Miranda, de 24 años, empleada de Tornado Bus Company, opina que las cosas están mejorando “aunque suele llamar la gente para cancelar sus viajes”. Por lo cual “no hemos cancelado destinos. El autobús va a su destino aunque solo haya una persona viajando”, indica Miranda.

Para Estrada “la inseguridad es por la corrupción policiaca en México, no tanto por los carteles. Pararon a mi hermano y le pidieron mordida”.

En este sentido, la desconfianza de los mexicanos ante la Policía Federal (en la que se incluye la antigua Policía Federal de Caminos) es elevada. Según una encuesta realizada en México en 2010 por el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, un 75% de los encuestados dijo tener poca o ninguna confianza en la Policía Federal, una cifra que es incluso superior en el caso de policías estatales o municipales. Y según la misma encuesta a nivel nacional un 10% de los encuestados dijeron haber recibido una petición de soborno de una autoridad, cifra que se incrementa hasta el 32% en el caso de las policías de tránsito.

Eunice Delgado, empleada de Primavera Tours de Houston y oriunda del Valle del Río Grande, atestigua que “casi siempre [policías en México] lo paran a uno por equis razón para pedir mordida. Y pues uno paga para no tener que ir a perder tiempo al pueblo. Hasta a los autobuses paran”.

Por su parte, el gobierno mexicano ha fortalecido el sistema de denuncias contra la corrupción y la mala actuación de policías como parte del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad.

Y algunos mexicanos en Houston concuerdan que lo que más se necesita son retenes y puntos de revisión del lado mexicano para reducir el flujo de armas, drogas y criminales entre ambos países. “Debería ser igual que en los Estados Unidos”, opina Estrada.

Las líneas de autobús que salen de Houston hacia México han afrontado el dilema de la inseguridad en la carretera y la reducción de pasajeros a través de estrategias de seguridad y diversificación de servicios para asegurar a sus viajeros y atraer clientela.

“Ahora proveemos servicios de paquetería y envíos para y de México a tarifas competitivas con compañías como FedEx y UPS. Y en cuanto al transporte, hemos incrementado la cantidad de viajes directos y hemos comenzado a ofrecer nuevas rutas y destinos dentro del país”, dijo Chávez, de Autobuses Sin Frontera.

Otras compañías ofrecen medidas de seguridad propias para asegurar al pasajero que está en buenas manos.

Por ejemplo, todos los autobuses de la compañía Turimex traen cámaras de seguridad que graban las 24 horas del día. Además, proveen en la frontera mexicana de una aduana privada con seguridad calificada y hasta un perro rastreador.

“Aunque la gente sigue viajando con dudas o temores, [ofrecemos] todo para darle confianza al cliente”, dijo Valadez, de Turimex.

Casillas, de Autobuses Ejecutivos-Houston, afirma que todos los conductores son capacitados por los estándares de ambos gobiernos federales y son entrenados y certificados por el Instituto Comunitario de Entrenamiento Antiterrorista (CAT, por sus siglas en inglés) para lidiar con detalles de seguridad que se presenten a bordo del autobús. “Tampoco hay ascensos a los autobuses. Una vez que se suben todos los pasajeros en las terminales, ya no para el autobús por nadie”, explicó Casillas.

Algunos pasajeros mexicanos que parten de Houston a su país confían en la seguridad proveída por el servicio de autobús y la presencia del ejército mexicano en la carretera.

Maribel, de 35 años, quien reside en San Luis Potosí, siente que no hay peligro. “Todo sigue igual. Se nota más ejército y más policía. Veo todo bien”.

Juan, de 70 años, reside en Houston y viaja a Guadalajara cada 15 días y tampoco siente peligro. “Viajo por gusto. Nunca me ha pasado nada y viajo solo. El servicio [de autobús] está bien”.

Pero otros temen y viajan únicamente por necesidad y de manera limitada.

Rebeca Martínez, residente de Houston, se siente insegura “pero ni modo. Viajo sola por necesidad cada mes a Monterrey”.

“Siento miedo porque también hay asaltos en los camiones. Viajo por necesidad dos veces al año, aunque antes viajaba tres o cuatro veces y hasta por placer”, cuenta Gloria, residente de El Paso.

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