¿De qué color visto mi dolor?

Si el dolor se fuera a vestir de algún color, ¿cuál sería ese color? ¿Cómo me vestiría para expresar mi tristeza, sufrimiento, rabia y aflicción? Y es que como mujer, estoy en duelo porque aquí, allá y allende los mares, las noticias vuelan trayendo las cifras alarmantes de cómo la violencia hacia la mujer sigue impune y rampante, cobrando vidas en una de sus expresiones más violentas y que de forma muy acertada las feministas han llamado feminicidio.

El feminicidio es un asunto que trasciende a los llamados países tercermundistas, pobres o en vía de desarrollo. Es un flagelo que afecta de igual manera al grupo de las grandes naciones del mundo o al muy conocido G8. Nótese que tan sólo en la ciudad de Nueva York, el número de mujeres asesinadas por sus amantes, esposos o ex parejas alcanzó la cifra de 92 víctimas en el 2011. De igual manera, según un reporte de la policía neoyorquina -para el mismo año en cuestión- revela que los incidentes de violencia doméstica que llegaron a esa oficina fue de 257,813 casos. Si se hace una simple proyección para los restantes 49 estados, me pregunto ¿cuál sería el saldo total? ¡Sin lugar a dudas alarmante!

El análisis para República Dominicana, revela que en ese país caribeño, el 2011 cerró con 230 mujeres asesinadas. Para junio del presente año 2012, los números ya arrojan que 105 mujeres han sido víctimas de este crimen que afecta a toda la sociedad dominicana.

Organizaciones en República Dominicana convocaron a un día de duelo el pasado 11 de julio y una concentración en el Congreso, para denunciar esa tragedia nacional, que por demás ha caído en oídos sordos de un estado quisqueyano que se muestra indolente a ese aumento en la criminalidad que afecta a las mujeres. Nuestras hermanas en República Dominicana se vistieron de luto ese día, en protesta, reflexión y llamado a un alto al feminicidio. Al mismo tiempo, reclamaron acciones concretas como la creación de refugios para las mujeres y la población infantil que sufren en carne propia la violencia intrafamiliar.

Nosotras aquí en Nueva York convocamos también a mujeres y hombres a que se vistieran de negro, blanco, gris, amarillo o del color que expresara su dolor, para decir presente frente al Consulado Dominicano en una vigilia en solidaridad con el llamado de nuestras hermanas en República Dominicana. Juntas y juntos por una vida sin violencia. ¡Ni una más!

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