Seguridad en piscina alborota las aguas

María Peralta, que asiste casi todas las mañanas con sus hijos, dijo sentirse segura con las medidas de seguridad.

María Peralta, que asiste casi todas las mañanas con sus hijos, dijo sentirse segura con las medidas de seguridad. Crédito: Fotos: Gloria Medina / EDLP

Nueva York – La seguridad que generó recientes incidentes de comportamiento en la piscina McCarren en Brooklyn, ha sido bienvenida por algunos y catalogada por otros como extrema.

El Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) estableció un centro de operaciones móvil en el área y aumentó la presencia policial dentro del lugar para garantizar la seguridad de los bañistas. Además, revisa todos los bolsos de las personas que deseen entrar a la piscina.

Las medidas responden principalmente a un incidente ocurrido a principios de mes, cuando tres individuos agredieron a dos oficiales en la recién inaugurada piscina McCarren, en el 776 de la calle Lorimer en Williamsburg.

De acuerdo a la Policía, los implicados estaban haciendo clavados en la piscina actos están prohibidos en los reglamentos. Cuando un salvavidas les indicó que se salieran se inició una discusión que generó en una pelea a golpes y en el que dos policías fueron agredidos.

“Está bien seguro porque se ve mucha policía”, dijo la mexicana Olga Rico, que va diariamente a la piscina con sus tres hijos. “He escuchado que aunque tengan los candados, se los llevan pero a mi todavía no me ha pasado nada”.

Desde antes de las 11 a.m., cuando abre la piscina, agentes del NYPD se paran a lo largo de donde empiezan a hacer la línea para entrar, los empleados del parque inspeccionan los bolsos y no dejan pasar a las personas si no tienen un candado para proteger sus pertenencias.

“Elijo las mañanas para venir con mis hijos porque hay menos gente y ahora veo mucha seguridad y creo que es genial porque uno se siente más seguro”, indicó la dominicana María Peralta.

José Rivera, de Ridgewood, volvió a la piscina después de muchos años y está cómodo con las medidas de seguridad que se han implementado.

“De pequeño venía a esta piscina, pero la habían cerrado y esta es la primera vez desde que la volvieron a abrir”, dijo Rivera quien entró con su familia. “He oído que todavía hacen maldades, roban cositas, pero no he visto nada, ojalá y que encontremos todo cuando salgamos”.

Sin embargo, no todos los asistentes estaban contentos con el aumento de la seguridad.

“Ellos (la Policía) no le dejan hacer nada a uno, en otras piscinas si lo dejan saltar a la piscina”, afirmó Sheena Pellicien, de Williamsburg, quien visita la piscina toda la semana. “Ayer (antier) un muchacho saltó y lo sacaron a empujones, cuando él ya se estaba saliendo. Ellos no tienen porque ponerle las manos encima, él no se estaba resistiendo”.

Otros asistentes que prefirieron no identificarse criticaron las nuevas normas.

El problema de la inseguridad permitió que la dominicana Luz María Valdéz tuviera la oportunidad de hacer un dinero extra vendiendo candados cerca a la piscina.

“Vine el día de la inauguración y vi que no dejaban entrar a muchos porque no tenían candado, entonces decidí que al día siguiente iba a traer candados para vender”, dijo Valdéz, que se sitúa a un lado de la entrada de la piscina.

La piscina fue cerrada en 1984, pero reabrió en 2005 como un lugar para hacer conciertos por un tiempo.

El pasado 28 de junio fue reabierta como piscina nuevamente y se mantendrá así hasta el 3 de septiembre. La oficina del Departamento de Parques no facilitó estadísticas acerca del número de incidentes en los diferentes sitios recreacionales en la ciudad.

“No es raro que algunas personas no se comporten en nuestras piscinas”, dijo Adrián Benepe, comisionado del Departamento de Parques. “Siempre hemos operado a capacidad y tanto el NYPD como los agentes del Departamento de Parques están siempre presentes en todas nuestras piscinas ya sean grandes o medianas”.

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