La propuesta de prohibir los refrescos

La propuesta del alcalde Bloomberg para prohibir refrescos, presenta una desventaja enorme para pequeñas empresas y no ayuda de ninguna manera a eliminar el problema de la obesidad en la ciudad. Mientras partidarios de salud han aplaudido la última medida del alcalde para combatir las altas tasas de obesidad, dueños de negocios en la Ciudad de Nueva York han respondido con frialdad a la regulación propuesta, ya que la prohibición sólo recortará los ingresos de muchos negocios y no de nuestras cinturas.

Más de 24,000 restaurantes, supervisados por el Departamento de Salud de Nueva York, serán susceptibles a nuevos estándares del tamaño de las bebidas y la posible pérdida de ingresos. Muchos de estos dueños de pequeños establecimientos dependen de los refrescos como el principal generador de ventas. De hecho, un artículo reciente del Wall Street Journal incluyó comentarios de un pequeño dueño de restaurante quien dice que vende 120 cajas de botellas de 20 onzas, o aproximadamente 2,880 botellas, por semana. Adicionalmente, el reportaje del Wall Street Journal incluyó comentarios del Dr. Sixto Caro del Departamento de Salud de Nueva York, quien opina que la medida se enfocará excesivamente en las pequeñas empresas de ingresos bajos.

El 58% de la gente viviendo en Nueva York son obesos o tienen sobrepeso, y por eso sí es posible racionalizar los esfuerzos de Bloomberg para combatir la obesidad. Sin embargo, señalando algunas industrias selectas, no es la respuesta para combatir la crisis de la obesidad. Las regulaciones no sustituyen la necesidad de implementar una política de educación apropiada.

Expertos de mercadeo de la Universidad de Cornell continúan siendo escépticos a la propuesta de prohibir los refrescos para impactar directamente la obesidad. De hecho, la medida excluye otras bebidas y las malteadas de chocolate.

Si esta prohibición se implementa, tendrá un impacto económico adverso para las pequeñas empresas y lo más probable resultará en sueldos más bajos y pérdida de trabajos.

Tantos hombres y mujeres, empleados o dueños de estas empresas vibrantes, muchas veces dependen de la venta de refrescos para generar ingresos modestos y justos para sus negocios. Una restricción que interviene con la habilidad de la empresa de obtener ganancias devastará a la sostenibilidad de muchos de ellos.

La lucha del alcalde Bloomberg contra la obesidad es importante, pero de la misma manera es importante mantener una fundación sólida de pequeños negocios de comida a través de la Ciudad de Nueva York.

Para responder a ambos problemas tan complejos, se necesita un enfoque comprensivo que asegurará no sólo la salud de americanos, pero también la salud de las pequeñas empresas americanas.

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