¡Que no te gane el desorden!
La acumulación compulsiva de objetos en casa (hoarding) representa un verdadero peligro para la salud física y mental
Nueva York – Ocurre a diario. Llegas a tu casa con la correspondencia del día y en vez de ordenarla y deshacerte de lo que no sirve, tiras todo en la mesa del comedor o encima del escritorio. Lo mismo sucede con el periódico, las revistas, los catálogos y las bolsas de compras. Sin ni siquiera darte cuenta, tu espacio ha sido acaparado por el desorden.
Este comportamiento, que a veces le achacamos a la falta de tiempo, es aún más extremo en las personas que sufren del Síndrome de Acaparador Compulsivo. La Asociación de Ansiedad y Depresión (ADAA) define a los acaparadores compulsivos “hoarders” en inglés- como personas que compran, buscan y recopilan en exceso y sin control cosas que tienen poco o ningún valor.
En 2010 este desorden, según los expertos, afectaba a cerca de seis millones de personas en los Estados Unidos. La página web “Hoarding Cleanup”, que ofrece un directorio de ayuda para las personas que sufren de este síndrome, explica que éste representa un verdadero peligro ya que las viviendas están más propensas a fuegos, la calidad del aire en estos espacios atestados puede afectarse severamente, causando hospitalización y hasta la muerte, los niveles de bacterias en las casas de los “hoarders” son muy altos, lo que puede causar también infecciones recurrentes, entre otros peligros.
“Creo que las personas tienen una vida muy ajetreada con su profesión, su familia y sus vidas”, dice Susan Kent, quien desde hace un año se dedica a organizar profesionalmente viviendas y espacios de trabajo en Nueva York. “Algunas personas han tenido momentos en la vida, buenos y malos, que han impactado su habilidad de mantener el control de lo que entra y sale de sus hogares”.
Un ejemplo de ello, comenta Kent, son las madres con hijos pequeños que se han mudado a una casa nueva y necesitan ayuda para organizarse. Kent también comenta que algunos de sus clientes también sienten apego a sus cosas y por alguna razón compran o recopilan compulsivamente.
“En Nueva York no tenemos mucho espacio, así que no se necesita mucho para que la situación se salga de control”.
A la hora de trabajar, Kent asegura que es muy importante que el cliente tenga el control de la situación, luego la especialista lo guía por las cuatro fases de organización: el compromiso de la persona de cambiar su vida para bien; la motivación, en donde ve que la disciplina de mantener un espacio organizando beneficia su vida; la transformación, que es cuando una persona se libera de los atestamientos y el desorden; y por último, la armonía que la persona siente al tener un espacio organizado.
Ya que este síndrome está asociado con el trastorno obsesivo-compulsivo (OCD), es recomendable en casos extremos que las personas acudan a un psicólogo.
Según la ADAA, la terapia cognitivo-conductual puede ser exitosa en muchos casos, ya que las personas pasan por un proceso en donde aprenden sobre las razones por las cuales se rehúsan a deshacerse de las cosas que almacenan.
Kent asegura que para cambiar este comportamiento, es necesario que las personas aprendan que acumular grandes cantidades de cualquier cosa impacta sus vidas de forma negativa.
“Una vez las personas comienzan a despojarse y liberarse y entran en el proceso, se energizan. Algunos de ellos, cuando comenzamos, ¡no quieren parar de limpiar!”