Obama visita a los heridos en Colorado

Ofrece el pésame a familiares de las víctimas del trágico ataque

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AURORA, Colorado.- Rodeado por un pesar generalizado, el presidente Barack Obama ofreció ayer abrazos, lágrimas y las condolencias de la nación a los sobrevivientes del ataque a tiros ocurrido dentro de un cine y a las familias de los fallecidos.

El mandatario encontró esperanza en los corazones rotos e insistió en que un mejor día está por llegar.

Con dramático detalle, Obama relat�� un poco del horror ocurrido el viernes cuando contó la historia de dos jóvenes. Con dos dedos presionando sobre su cuello, Obama dijo que una mujer salvó la vida de una amiga que recibió una bala en el cuello ejerciendo presión en una vena de la que “brotaba sangre” y después ayudó a cargarla para ponerla a salvo.

A puerta cerrada, Obama visitó uno por uno a los heridos, mientras las familias afectadas se congregaron en el hospital.

El presidente salió ante las cámaras de televisión y se enfocó en las vidas y sueños de los fallecidos y los sobrevivientes, no en el sospechoso del tiroteo o su “acto malvado”.”Vengo con ellos no como tanto como presidente, sino como padre y esposo”, dijo Obama a los reporteros. “Estas historias tienen tanto impacto en nosotros porque todos entendemos que alguien que amamos pudo ser arrebatado de nosotros de esta forma”.

La masacre dejó 12 muertos y 58 heridos.

El avión del presidente aterrizó en la base militar Buckley Air en Aurora ayer por la tarde para una apresurada visita de dos horas y media.

Poco después, el mandatario comenzó la visita con los familiares de las víctimas en el Hospital de la Universidad de Colorado en Aurora, donde atendieron a 23 de los heridos; 10 permanecen ahí, siete de ellos en condición grave.

Obama felicitó a los médicos, equipos de emergencias y agentes de policías encargados de este complicado caso desde el viernes por su “gran coraje y determinación”.

A la caída de la noche, cientos de vecinos de Aurora se reunieron cerca de ayuntamiento para homenajear a las víctimas con cantos de gospel y altares improvisados a la memoria de los fallecidos.

Obama dijo que en los próximos días y meses buscarán “arreglo para que esta violencia sin sentido no vuelva a ocurrir”, pero evitó polemizar sobre las leyes de armas que permitieron que el presunto pistolero, James Holmes, de 24 años, adquiriera un equipo propio de un miembro de las fuerzas especiales.

Momentos antes de llegar a Aurora, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, a bordo del Air Force One, aseguró que el presidente “cree que podemos tomar medidas para mantener las armas lejos del alcance de personas que no deberían con las leyes existentes”.

El presidente “considera que necesitamos tomar medidas para proteger los derecho de la Segunda Enmienda, al tiempo que no permitimos que armas lleguen a las manos equivocadas”.

En el hospital, Obama estuvo acompañado por el gobernador de Colorado, John Hickenlooper, y el alcalde de Aurora, Steve Hogan.

En su discurso radiofónico semanal, Obama hizo un llamado a favor de la oración y la reflexión tras la tragedia que tuvo lugar en Aurora.

Obama pidió a los estadounidenses que extiendan un abrazo a las familias que perdieron a algún ser querido en Aurora y “les hagan saber que estaremos ahí con ellos como nación”.

La madrugada del viernes, James Holmes irrumpió en un cine de la localidad de Aurora mientras se proyectaba el estreno de la última película de Batman y la emprendió a tiros con la multitud.

Holmes, que también elaboró una compleja red de trampas explosivas en su apartamento, adquirió las cuatro armas que usó de forma legal y encargó material para hacer estallar su vivienda a través de internet durante meses. Ayer las autoridades confirmaron que una máscara de Batman fue hallada en el apartmento de Holmes.

El jefe de policía de Aurora, Dan Oates, dijo ayer que Holmes es una persona muy inteligente y con extremada sangre fría que trazó un macabro plan durante meses para matar y que ahora se resiste a cooperar con la investigación.

Los motivos que llevaron a Holmes a matar indiscriminadamente desconocidos en una sala de cine y a mantener en vilo a los más expertos agentes federales, estatales y locales de Estados Unidos durante tres días aún sigue siendo un misterio.

Hoy Holmes comparecerá ante el tribunal de distrito del condado de Arapahoe, una vista previsiblemente breve en la que se le informará de qué va a ser investigado por la muerte de las 12 personas y las heridas causadas a otras 58 y se fijarán sus condiciones para prolongar su detención aislada.

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