El embajador del pisco

Johnny Schuler se toma muy en serio la labor de promocionar este licor peruano alrededor del mundo

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Crédito: cortesia

Nueva York -Johnny Schuler nació en las selvas de Bolivia, de madre boliviana y padre suizo, sin embargo no parece haber nadie que sepa y quiera más al pisco peruano que este inmigrante de apellido un poco difícil de pronunciar.

Asegura que su amor por ese licor comenzó un poco tarde, a sus 40 años, ya que antes había sucumbido al sabor y aroma del vino. Pero ese primer contacto directo con el pisco, durante un concurso nacional donde lo invitaron a catar a pesar de no tener experiencia con esa bebida, fue suficiente.

“Yo me enamoré del pisco y el pisco se enamoró de mí. Fue como una revelación, y en ese momento me di cuenta de que habían dos caminos: me convertía en un productor o lo promovía, lo hacía conocer. Y yo decidí que lo iba a dar a conocer”, recuerda Schuler, quien entonces con su propio dinero dice haber visitado unas 500 bodegas productoras, promocionado concursos, trabajado con catadores y promotores de afuera, y dado charlas educativas dentro y fuera del país.

“Con una pasión tremenda y la convicción de que yo ya había catado coñac, whiskies, grapas, tequilas y ésto era mejor, pero el pisco necesitaba a alguien que lo presentara en sociedad”.

Al preguntarle sobre la vieja polémica de si el piso es peruano o chileno, Johnny Schuler no dudó en afirmar que la historia da a Perú como el ganador de la eterna discusión.

“El pueblo de Pisco de Perú se funda a finales de 1500, y el pueblo de pisco en Chile se funda en 1937. Hay un estudio de la Universidad de Vermont que asegura que la uva llegó al Perú antes que a Chile. Aunque mi pregunta no es quién lo hizo primero, mi pregunta no es quién produce más o quién produce menos, mi pregunta no es cuál es mejor o cuál es más rico, mi punto es que el mío se llama pisco y el de ellos no”, agrega.

Esa pasión que imprime al hablar del pisco y el arduo trabajo que empezó hace más de 25 años arrojó sus frutos, ya que además de haber logrado numerosos reconocimientos en su país, como la Medalla de Honor del Congreso de la República de Perú y tener su propio programa de tv (La ruta del pisco), su licor favorito ha logrado calar en el gusto de muchos fuera de su país de origen. Un “boom” que según Schuler empezó hace unos tres o cuatro años, de la mano del éxito que la comida peruana ha alcanzado.

“En Nueva York hay una acogida tremenda”, señala. “El pisco Portón, por ejemplo, está en unos 250 diferentes bares y restaurantes de la ciudad”, asegura, haciendo referencia a su propia marca de pisco, que después de mucho tiempo como promotor decidió lanzar hace dos años.

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