Cuerpo de fallecido en NY llega descompuesto a RD

Familiares culpan a funeraria local por no haber preparado de forma adecuadada los restos

El crimen ha conmocionado a la sociedad dominicana.

El crimen ha conmocionado a la sociedad dominicana. Crédito: Suministrada

Nueva York y Santo Domingo -Los familiares de un adolescente dominicano muerto en un accidente de tránsito en Queens, no sólo sufren por el dolor de su temprana partida, sino además porque el estado de descomposición del cadáver.

Ahora, los parientes de Persio Américo Núñez acusan a la funeraria Rivera de Corona, Queens, que realizó los arreglos para el funeral, de mal mantenimiento y preparación del cuerpo, lo que dicen causó la descomposición del cadáver al llegar a su natal Dominicana.

Núñez, de 17 años, viajaba el 3 de julio en una moto Honda por la carretera Astoria Boulevard y la calle 88 cuando chocó con un auto Honda Accord del 2008, falleciendo en el acto, según informó la Policía.

El cuerpo de Núñez fue velado el domingo 8 en la funeraria Rivera, y después sus restos fueron enviados a La Vega, República Dominicana, donde vive su madre.

“Cuando estaba en la funeraria ya tenía mal olor, pero nos dijeron que iban a tratar de retocarlo para que llegara bien a Dominicana”, recuerda su padre, Persio Antonio Núñez.

El progenitor viajó al país caribeño el lunes 9 para estar allá cuando llegará el cadáver de su hijo al día siguiente, para recibir el último adiós de su madre, Ana Rosa Candelario, y del resto de su familia.

Entre ellos estaba José Alfredo Rodríguez, tío del fallecido, que recuerda con tristeza como llevó a su sobrino hace un año al aeropuerto para volar a Nueva York, donde pensaba acabar la escuela. Afirma que cuando se marchó, Núñez dejó un niño recién nacido que engendró con una mujer de la zona, Berenice Esperanza Taveras Fernández.

“Me llamó por teléfono horas antes de su accidente y preguntó por el bebé y me dijo que le enviara fotos”, relató una apenada Taveras Fernández.

El deseo de todos los seres queridos de Núñez de darle un último adiós fue truncado cuando el médico forense en el aeropuerto de la capital dominicana le dio una carta ordenando que lo enterraran inmediatamente ante el alto grado de descomposición que presentaba.

“Ni ellos aguantaban el olor. Lo llevamos a casa y no duró más de 45 minutos porque el olor era insoportable”, indicó el padre del fallecido. “Tuvimos que llevarlo a la iglesia y después al cementerio inmediatamente. Fue horrible, aparte de haber perdido a mi hijo, lo trataron de esa manera. Fue prácticamente una segunda muerte”.

La familia Núñez dice haber realizado un acuerdo de palabra con la funeraria y que no tienen ningún documento firmado que conste que establezca las responsabilidades de la compañía con respecto al traslado del cuerpo.

“Tengo recibos de los tres pagos que hice: $3,500, $500 y $450, pero a mí no me mostraron ningún contrato, mi me hicieron firmar nada que especifique que servicios me iban a ofrecer”, explicó Margarita Rivera, madrastra del adolescente muerto, quien se encargo de los arreglos funerarios. “Fue un acuerdo verbal donde una empleada me dijo que iban a embalsamar el cuerpo y que lo iban a poner en un ataúd”.

Ni la funeraria Rivera ni su encargado, Anthony Méndez, quisieron atender a El Diario para dar su versión de lo ocurrido, a pesar de numerosos intentos de acceder a él.

El consulado dominicano asegura que la responsabilidad de preparar el cadáver y tramitar el transporte para que sea repatriado, recae únicamente en las funerarias – ellos sólo se ocupan de traducir los documentos y validarlos – pero que uno de los requisitos indispensables es un certificado de la funeraria pertinente que acredite que el cuerpo ha sido adecuadamente embalsamado.

El dueño de una funeraria en el Alto Manhattan, que prefirió no dar su nombre, indicó que en términos generales un cadáver correctamente embalsamado no debería descomponerse en el transporte.

“Si el embalsamiento está bien hecho los familiares no se tienen que preocupar”, dijo.

No hay registros de que las funerarias Rivera, que también tienen sucursales en Washington Heights y en El Bronx, hayan cometido violaciones anteriormente, pero sí los hay de las funerarias R.G. Ortiz, que pertenecen al mismo propietario, Michael Ortiz.

Cuatro sucursales en Nueva York de esta cadena de funerarias fueron citadas en 2010 en una investigación del Departamento de Asuntos del Consumidor (DCA) por no mostrar los precios correctamente, por emitir reclamaciones falsas por servicios no ofrecidos y por no tener la documentación necesaria a mano para ocuparse de un cuerpo y luego entregarlo a la familia.

En 2009, los Fernández, otra familia dominicana de Queens, sufrió una pesadilla similar cuando requirieron los servicios de una sucursal de la funeraria Ortiz en Mott Haven, en El Bronx, según informó entonces el New York Post.

José Fernández demandó a la funeraria porque, después de contratar los servicios de la empresa para que repatriaran el cadáver de su madre, Ana Belén, a la República Dominicana, al llegar se encontró con que dentro del ataúd estaba el cuerpo de un hombre en su lugar.

Juan Matossian colaboró con este reportaje

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