EEUU deporta a dominicano con problemas mentales

Fue enviado a RD sin antes pasar por un juez de inmigración.

Este año fue detenido por desorden público.

Este año fue detenido por desorden público. Crédito: Archvio / AP

Nueva York – Un dominicano fue deportado ayer a su país natal a pesar de vivir legalmente en Estados Unidos durante más de 35 años y acreditar un historial de serios problemas mentales, dicen sus abogados.

José Modesto Rodríguez, de 45 años, fue diagnosticado con esquizofrenia y retraso mental tras sufrir un derrame cerebral hace varios años.

Rodríguez depende de tratamiento médico y psiquiátrico para funcionar como persona, asegura Marisa Chávez, abogada de la ONG Fundación Mundial Rescatando al Inmigrante de Nueva Jersey, quién se ha ocupado de su caso.

Argumentos que no han servido para cambiar la decisión del Departamento de Inmigración.

“Lo están tirando a la muerte”, dice Chávez. “De dominicano ya sólo le queda el nombre. No tiene un centavo ni a ningún familiar que le pueda ayudar ahí, y no tiene la capacidad de valerse por sí mismo”.

Rodríguez llegó a Nueva Jersey cuando sólo tenía ocho años para vivir con su madre, que es ciudadana americana. Se casó, tuvo un hijo y trabajó durante muchos años como camionero antes de sufrir el derrame cerebral, cuenta la abogada, quién le conoce desde hace más de 20 años.

A principios de los años 90 fue detenido por posesión de $100 en “crack”, declarándose culpable por recomendación del abogado que le representó para evitar la cárcel. De nuevo este año fue detenido por desorden público y, aunque los cargos fueron desestimados por su historial mental, Inmigración le puso un “hold” por su ofensa anterior y fue internado en el centro de detención de Elizabeth, Nueva Jersey.

Hace menos de una semana fue trasladado a otro centro de Louisiana y ayer Rodríguez fue deportado a la República Dominicana sin antes pasar por un juez de inmigración, dice su abogada.

“Denegaron todos los recursos por su estado mental”, cuenta Chávez. “Y eso que es una persona que si está más de un mes fuera de tratamiento, no reconoce ni a su hijo”.

El oficial de Inmigración de la oficina de Newark encargado del caso rehusó hablar abiertamente del mismo. Una petición formal de información al departamento de prensa aún no había sido respondida al cierre de esta edición.

La hermana del deportado, Neri Rodríguez, apenas podía argumentar palabra tras conocer que su hermano había dejado el país.

“Ya sólo está en manos de Dios que José encuentre allí a alguien que le ayude, alguien que se apiade de él”, dijo entre lágrimas.

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