Noticias calientes, recepción fría

En lo que la costa este estadounidense iba recuperándose de un azote de temperaturas muy calientes, se registraron incendios silvestres de furor histórico en Nuevo México, en Colorado y por la región suroeste, con temperaturas inéditas en el centro y en otras regiones del país.

Así es el alcance, el marco visual del cambio climático tal como lo experimentamos nosotros. En gran parte lo percibimos como una variante climática, y no como el calentamiento global hecho por el hombre del que nos han advertido por mucho tiempo ya.

El marco visual aun no llega a su alcance óptimo. Para ver la perspectiva como director de cine, una amplia perspectiva, hay que tener en la mente una multiplex de pantallas y contar con otra noción de la geografía. Lo que se desarrolla en una sala de proyección también ocurre que es la noticia que va desenvolviéndose en otro teatro.

Allá en el país distante de Groenlandia, científicos de la NASA reportan que prácticamente toda la capa de hielo que cobija la isla se derritió en julio. Normalmente, la mitad del hielo en Groenlandia se derrite en el verano. Este año se derritió más hielo que en ninguno de los 30 años previos. Se derritió con tanta rapidez que se sospechó que hubiera un error o un fallo informático – un 97% de la superficie de la capa de hielo se había descongelado en algún momento para mediados de julio.

El clima desconoce las fronteras y la consecuencia del deshielo podría comenzar a afectar los niveles del agua del océano Atlántico.

Los acontecimientos no son el primer desastre ecológico del que tenemos noticia en los tiempos modernos. Un ingeniero de la Ciudad de México me recordó que los europeos destruyeron los verdes jardines que existieron antes del año 1521, los cuales formaban islas llamadas chinampas, en el valle de México. Su motivo era subyugar la gran ciudad de Tenochtitlán, sobre la que se construyó la Ciudad de México. Por este objetivo militar se vaciaron los canales que hacían que la antigua ciudad se pareciera a Venecia. El transporte y las carreteras elevadas que usaba el pueblo nativo para llevar los bienes al mercado desde el exterior se convirtieron en tierra seca.

La paradoja de hoy es que los tanques del gobierno mexicano llevan agua potable a aquellas zonas agrícolas de la región centro norte, donde han decaído la producción agrícola y el número de ganado por motivo de la sequía. Esta región está lidiando con la peor sequía en los 81 años que tenemos de datos registrados. La situación del pueblo Tarahumara entró en la mira nacional cuando se les envió un escuadrón de tanques de agua después que se secaran por completo sus reservorios y pozos privados. En el estado de Chihuahua se han muerto de hambre unos 350 mil ganado en sólo los últimos 12 meses, y se calcula que hayan muerto un millón a nivel nacional.

Una persona del pueblo pintoresco de Tequisquiapán, en el centro sur al margen de la región que sufre la sequía, dice que el nivel del reservorio de su pueblo ha estado reduciéndose hace años y que no anticipa que haya ninguna mejora en la década que viene, ni después.

Una comprensión del tema con mayor profundidad que la dan los titulares la tiene el Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty, parte de la Universidad de Columbia en Nueva York. En las simulaciones que promedian el clima por toda la región del suroeste, el observatorio concluye que las condiciones se asemejan a las de la década de 1930, el llamado “cuenco del polvo” y las sequías de varios años durante la década de 1950. Esta es la forma que toma el cambio climático en el suroeste estadounidense y en la región centro norte de México.

La tragedia humana que va desenvolviéndose, se presenta con demasiada frecuencia en forma de noticias cortas en América del Norte. Se necesita otra perspectiva sobre el clima en las noticias – y no un segmento que se presenta después de los deportes.

Una nota breve de 30 segundos presentada antes de pasar al divorcio de Tom Cruise hace mediocre una información que es demasiado importante cuando están en juego nuestros puertos, nuestros alimentos y nuestra seguridad aquí en América del Norte. Es la historia de nuestra relación y nuestra responsabilidad con la naturaleza.

Como mínimo podríamos informarnos sobre las medidas que hay que tomar con la misma precisión con la que nos informamos sobre Papa Noel.

En la Nochebuena, el radar sobrante de la guerra fría en NORAD rastrea el movimiento de Papa Noel desde el Polo Norte, haciendo seguimiento de su trayectoria, los cálculos cronológicos y los impedimentos que causan demoras para saber cuándo llegará a nuestra casa. Se traduce un argot especializado para que se entienda por todas las naciones, en frases completas, sin Murdock, en párrafos explicativos para que la gente responsable y madura pueda comprender lo que está ocurriendo.

Podríamos tomarnos al menos tan seriamente el movimiento del cambio climático como nos tomamos el movimiento de Papa Noel.

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