Sueño de ‘Dreamers’ hace eco en Ecuador

La Acción Diferida también ilusiona a los familiares de migrantes al sur de ese país.

La zona del Austro ecuatoriano, de la que hacen parte las provincias del Azuay y Cañar, tiene uno de los mayores números de migrantes hacia los Estados Unidos.

La zona del Austro ecuatoriano, de la que hacen parte las provincias del Azuay y Cañar, tiene uno de los mayores números de migrantes hacia los Estados Unidos. Crédito: AP

Cuenca, Ecuador (El Universo/especial para ELDP) – En la provincia del Azuay, ubicada en el sur de Ecuador y uno de los principales focos de migración en el país, hay familias que poco o nada conocen sobre los beneficios del programa Acción Diferida, impulsado por el presidente Barack Obama, un plan que evita que muchos de los jóvenes indocumentados sean deportados si cumplen con determinados requisitos.

“Mi hija me llamó y me dijo que ahora sí podrá arreglar sus papeles”, dice María, quien prefiere no dar su apellido porque teme que se identifique a su hija y la deporten por indocumentada.

Cuenta que Sandra, su hija, emigró a Estados Unidos hace ocho años y se radicó en Connecticut, en donde tuvo un niño hace un año y trabaja en una fábrica de cosméticos.

Entre los familiares de los migrantes hay temor de que, de no resultar favorecidos en el programa de legalización temporal, la información entregada sirva para que el gobierno estadounidense inicie un proceso de deportación.

“Yo tengo miedo de que si mi hijo no es beneficiado, ya sabrán en dónde vive y lo van a deportar”, manifiesta Manuel, quien comenta que su vástago vive en Queens, Nueva York, desde hace más de una década, y que se casó con una ecuatoriana que hace un año obtuvo la ciudadanía estadounidense.

Al margen de esa preocupación, en María y Manuel hay expectativa y mucha ilusión. Ellos también sueñan con que sus hijos se legalicen y viajen a Ecuador para poder verlos y abrazarlos.

Con lágrimas, María cuenta que Sandra es la segunda hija que migró a Estados Unidos; al primero no le fue bien, comenta, porque en un tercer intento por alcanzar el sueño americano perdió la vida en Nicaragua, en un viaje clandestino, hace siete años. “Un año después de eso se fue mi única hijita mujer”, dice llorosa la madre.

También Manuel recuerda que su hijo lo dejó cuando aún era un adolescente. “Lo veo en fotos, pero está diferente, ni siquiera pudimos estar en su matrimonio, ojalá podamos volverlo a ver”, expresa.

Para William Murillo, director de las oficinas jurídicas 1-700 Migrantes y exsecretario de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami) del gobierno de Ecuador, el plan de legalización temporal que el Ejecutivo norteamericano ofrece a los jóvenes indocumentados es positivo, pero también llamó a la cautela en el proceso de legalización de documentos.

“Ya hay anuncios en Estados Unidos de lugares que ofrecen ayuda para aplicar este beneficio a todos los ciudadanos indocumentados y esto es una estafa”, indica Murillo, quien insiste en que solo pueden hacerlo quienes tengan hasta 30 años de edad y hayan permanecido los últimos cinco años en ese país.

Murillo comparte la percepción de que en Ecuador falta promoción sobre el tema, especialmente porque los beneficiarios potenciales son jóvenes que en la mayoría de casos están con sus padres y familiares en EE.UU.

En sectores como Cañar, otra de las provincias del sur ecuatoriano con altos niveles de migración hacia Estados Unidos, su vicealcalde, Ezequiel Cárdenas, también considera beneficioso el programa.

Su experiencia como maestro le recuerda que desde 1995 se dio un flujo migratorio de bachilleres que fueron a generar riquezas en suelo estadounidense.

Sin embargo, agrega que la falta de información en temas migratorios genera pánico e incertidumbre y cambia la cotidianidad de la población, por ello espera que entes como la Senami esclarezcan el panorama.

El estudio ‘Ecuatorianos en Estados Unidos: 1980-2008’, realizado por el Centro para Estudios Latinoamericanos, del Caribe y Latinos de la Universidad de Nueva York con base en el Censo del 2008 y a petición de la Senami, reveló que la migración ecuatoriana a EE.UU. creció el 300% hasta llegar a 609,000 personas, aunque según el ente gubernamental, sobrepasan el millón.

Según ese informe, publicado en el 2010, aunque Nueva York y Nueva Jersey seguían teniendo el 60% de esta comunidad, la población en esos estados se redujo, así como en Connecticut y California, mientras Florida se convirtió en el tercer estado con mayor número de migrantes de Ecuador.

“La migración desde Ecuador aumentó en cada década y no hay razón para creer que se reducirá en un futuro cercano”, refirió el estudio.

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