Aún indecisa la suerte del sheriff

Se esperaba de la Comisión de Ética de SF un dictamen definitivo; pero aún no se sabe si el sheriff será despedido

SAN FRANCISCO.- La Comisión de Ética de San Francisco resolvió que el suspendido sheriff Ross Mirkarimi incurrió en faltas administrativas por haber cometido violencia doméstica contra su esposa; pero se abstuvo de pronunciarse por su remoción definitiva.

Corresponderá a la Junta de Supervisores resolver si el sheriff, culpable de un cargo de violencia doméstica, carece de autoridad moral para ejercer el cargo para el que fue elegido en noviembre de 2011.

Se esperaba de la Comisión de Ética, integrada por cinco miembros, un dictamen definitivo y claro sobre la capacidad o no de Mirkarimi para continuar como sheriff -asumió el puesto el 8 de enero y fue suspendido sin paga el 19 de marzo-; pero tras escuchar los argumentos finales de la defensa y la parte acusadora, más de cien comentarios del público y tras deliberar entre ellos, la sesión del 16 de agosto concluyó sin un resultado rotundo.

Los comisionados, en un voto de cuatro a favor y uno en contra, resolvieron que de seis acusaciones presentadas por el alcalde contra el sheriff, dos eran válidas: Mirkarimi sí ejerció violencia doméstica y sí incurrió en una falta administrativa -la defensa argüía que no en la segunda, porque los hechos ocurrieron el 31 de diciembre de 2011, cuando Mirkarimi aún no asumía el cargo.

Al concluir las deliberaciones de la Comisión de Ética, que se prolongaron por nueve horas, ni siquiera los abogados tenían claro cómo terminará esta saga. Hubo mayor confusión después, al declararse ambas partes victoriosas.

Como acusador, el alcalde, Ed Lee, celebró en un boletín de prensa que la Comisión haya coincidido con él en que “las acciones de Ross Mirkarimi constituyen una falta administrativa y caen por debajo de la conducta ética que se espera del sheriff”.

Pero algo similar dijo Dave Waggoner, uno de los abogados defensores de Mirkarimi. En rueda de prensa, afirmó que los comisionados habían “completamente coincidido” con ellos.

Explicó Waggoner que si bien el sheriff se declaró culpable de una falta menor en marzo, al haber rechazado la Comisión de Ética cuatro de los seis cargos imputados por el alcalde, estaba claro que no había un caso que perseguir.

Waggoner afirmó además, que el Código Municipal, la norma que define y regula atributos y limitaciones de los órganos que funcionan en la ciudad y el condado de San Francisco, establece que si la Comisión de Ética no respalda el asunto que se le somete, éste podía considerarse improcedente.

Peter Keith, de la fiscalía de la ciudad, y quien representó al alcalde durante las audiencias de la Comisión de Ética, comentó que la interpretación de Waggoner era errónea. “Un cargo, dos cargos, es todavía una condena”, dijo.

A lo largo del día, en distintas entrevistas con los medios, Mirkarimi calificó el proceso como una “cacería de brujas” o como una “tortura” para él y su familia.

La Comisión de Ética presentará, en dos o tres semanas -fueron incapaces de precisar una fecha-, el dictamen con el resumen de sus deliberaciones, el cual será enviado a la Junta de Supervisores.

Se requieren al menos nueve votos de los 11 supervisores que conforman la Junta para que el sheriff sea destituido.

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