Mañana de horror en el Empire State

Dos madres puertorriqueñas entre las nueve personas heridas en el tiroteo

Vista general del área de la calle 34 y Quinta avenida donde ayer murieron dos personas, incluida el atacante, y nueve resultaron heridas. Robert Asikas (d.), residente de El Bronx, vio cuando el atacante comenzó a disparar. El hombre fue herido en el brazo.

Vista general del área de la calle 34 y Quinta avenida donde ayer murieron dos personas, incluida el atacante, y nueve resultaron heridas. Robert Asikas (d.), residente de El Bronx, vio cuando el atacante comenzó a disparar. El hombre fue herido en el brazo. Crédito: Humberto Arellano / EDLP

Nueva York – Lo que pudo ser una jornada normal para los neoyorquinos que se dirigían a sus trabajos y los turistas que visitaban el edificio Empire State, en el centro de Manhattan, en segundos se transformó en un horror.

La simple rutina de comprar un café en el Dunkin Donuts cercano a su oficina inscribió a Erica Solar, de 30 años, en la lista de nueve víctimas de un tiroteo ocasionado por el diseñador de joyas Jeffrey Johnson, de 58.

Ese día, luego que en la calle Johnson hiriera mortalmente al vicepresidente de la empresa que lo despidió hace un año, Solar fue herida en la pierna por una de las balas que el agresor y los policías intercambiaron.

“Cuando ella me llamó estaba llorando y no podía hablar”, dijo su hermano Louis Lleras a la entrada del Hospital Bellevue, donde Solar y otros seis heridos fueron trasladados. “Oyó tiros pero no sabía de dónde venían”. Segundos después se cayó en el piso, contó Lleras sobre lo que le dijo su hermana.

“Le van a hacer cirugía, pero ella está bien, sólo un poquito impresionada”, informó al teléfono desde la sala hospitalaria, fuertemente custodiada por uniformados, donde los familiares de las víctimas esperaban.

Residente de El Bronx y madre de dos niñas de 8 y 13 años, Solar trabaja como recepcionista en una oficina cercana al Heartland Brewery, en la base del edificio histórico donde fue el hecho.

Madia Rosario, secretaria de 43 años, también se aprestaba para iniciar su día de trabajo. A las puertas del hospital, su cuñada Auselis Rosario contó que ella estaba caminando a la oficina cuando fue impactada en una pierna. La oficinista de origen boricua es madre de dos niños y reside en Brooklyn.

Robert Asika, de 23, fue baleado en el brazo. Al ser dado de alta relató cómo vio el momento en que un hombre blanco (Johnson) sacaba su arma de un maletín negro y comenzaba a disparar.

Una bala traspasó el brazo de Asika, quien es vendedor de tickets de la empresa Gray Line Tours y reside en El Bronx. “Estoy 100% seguro de que fue un policía quien me hirió”, expresó a los medios. “Pero, tu sabes, esas cosas pasan”.

No se pudo confirmar si entre los agredidos había más hispanos. Fuentes del centro hospitalario sólo informaron que las tres mujeres y tres hombres -de entre 20 y 43 años- no presentaron heridas de alto riesgo. Voceros del hospital Presbyterian no dieron información sobre la condición de las otras tres víctimas.

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