Granja cultiva ‘conciencia verde’

Uno de los métodos es el uso de agua lluvia la cual guarda en contenedores

Leticia Alanis, directora de La Unión, explicó que el sistema de reciclado de agua de lluvia -que se realiza en estos contenedores con capacidad de hasta 50 galones- les permite regar vegetales sin recurrir al suministro público, hasta por tres semanas.

Leticia Alanis, directora de La Unión, explicó que el sistema de reciclado de agua de lluvia -que se realiza en estos contenedores con capacidad de hasta 50 galones- les permite regar vegetales sin recurrir al suministro público, hasta por tres semanas. Crédito: Zaira Cortes / EDLP

Brooklyn – Una pequeña granja en Sunset Park recurre a singulares métodos de reciclaje para mantenerse, al mismo tiempo que educa a los residentes acerca del cuidado de la naturaleza.

La granja “Los Colibríes”, administrada por la organización comunitaria La Unión, destaca por reusar recursos naturales para la siembra de frutas y verduras, como el agua de lluvia.

Creativamente, voluntarios instalaron un sistema reciclador -fabricado con tubos metálicos y conductos plásticos- desde la pared de un edificio vecino, hacia varios contenedores con la capacidad para almacenar más de 50 galones cada uno. El objetivo es ahorrar agua del suministro público.

Leticia Alanis, cofundadora y directora de La Unión, comentó que la granja busca cultivar una “conciencia verde” en niños y jóvenes, además de animar a padres a evitar el desperdicio de agua.

La composta es otro método que la granja, de 17 por 100 pies, utiliza en lugar de abono químico.

El lugar alberga 18 gallinas que son alimentadas con vegetales, que para muchos, podrían ser basura.

Escuelas del vecindario arriban cada verano al lugar con grupos de chicos, quienes tienen un acercamiento de primera mano con la naturaleza.

“Hay niños que nunca vieron una gallina de cerca y les maravilla entender cómo se producen los huevos”, expresó Alanis. “Oler y probar los vegetales frescos es una experiencia impactante para ellos”.

Alanis, quien inició su labor comunitaria en Sunset Park en 2006, apuntó que la granja no se limita a sembrar calabaza, jitomate y cilantro; si no también respeto por el ecosistema.

“Enfrentamos un amor gastado por la vida. La granja ayuda a los muchachos a recuperar el deseo de proteger el verdor de su vecindario”.

En invierno, voluntarios construyen un invernadero que les permite continuar cultivando vegetales y frutas resistentes al frío. Anualmente, unos 300 niños del área reciben talleres acerca de una sana alimentación, cómo, qué y cuándo sembrar, y el cuidado de las gallinas.

Algunos chicos colaboran con los granjeros para mantener a las aves cálidas y con la cresta y patas humectadas en época invernal.

El pequeño José Santos, de 11 años, es uno de los chicos que acuden a la granja regularmente.

“Mis padres dicen que es como en su pueblo, en donde se come lo que se siembra, por eso me gusta venir”.

Si usted quiere acudir a un taller o actividad en la granja, puede visitar la página de Facebook con el nombre “La Unión” para obtener más información.

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